sábado

Perdón, amigas.




   Queridas amigas mías, estoy muy disgustada, de verdad.

   Unas pocas pero insistentes amigas mías (o sea, que se están volviendo ya pesaditas) me están dando la vara con el blog y con razón, me han pedido que quite la advertencia de contenido adulto de la entrada del blog porque dicen que hago el ridículo, o mejor dicho, que ponga algo de verdad para adultos si es que tengo ovarios para ello, que anime la cosa, vaya. Jo, tenéis razón, chicas, soy excesivamente precavida, estoy antigua sin remisión aunque tenga un blog y vaya a la moda, si a lo que queráis, lo que pasa es que todavía guardo viva en mi memoria aquéllos símbolos nocturnos de la programación de los dos rombos de mi niñez, todavía recuerdo que me hacían ir a la cama y yo me quedaba escondida tras el sillón y mi madre lo sabía, pero me dejaba un rato más, me gustaría poder poner dos rombos al blog, como entonces se hacía, en la parte superior derecha de la pantalla. Con la vara de medir actual, tan elástica en materia de censuras, no hay nada de nada, o casi nada aquí que merezca llamarse "contenido para adultos". No hay violencia, no hay drogas, no hay sexo, no hay rock and roll. Entonces qué pasa si no pongo de esto, ¿que escribo para niños? Por favor, ¡no! escribo para mí misma y para quien le dé la gana leerme. Pero no voy a preocuparme si hiero la sensibilidad del espectador o de la espectadora o los aburro con mi cháchara. ¡Os confieso que no me importa! Quiero poner lo que me dé la gana, sin tener que pensar que pululan por ahí unos cuantos puritanos o unos cuantos adolescentes a quienes les pueda "ofender en su sensibilidad" lo que vean y lean aquí. La libertad de expresión artística y literaria es un derecho y un valor por el que vale la pena luchar. De los puritanos mejor ni hablar, entre otras cosas, porque creo que ya no quedan. Ni los oficiales, del PP, vaya, que ya se casan y descasan entre ellos y ellas, ellos y ellos, ellas y ellas, sin cortarse un pelo ni cambiarse de partido por ese motivo, que deberían, oiga; que son los de a Dios rogando y con el mazo dando. Y por el otro lado, el del menor, pero no del menos importante, como si no conociéramos cómo operan los adolescentes en la red, se la cascan tres veces al día con unas páginas súper que les enseñan todas las maneras de hacerlo, humanas e inhumanas incluso manga hentai y que desde luego las madres y las abuelas, como yo, somos incapaces de encontrar, (y eso que buscamos de vez en cuando, más que nada a ver si aprendemos algo nuevo a estas alturas), o sea, qué les vamos a enseñar sino res de res. Entre otras cosas, porque ni sabemos lo que saben, borran el historial de internet y vamos milenios por detrás, y en todo caso esos lugares nos aburren.

   Mis amigas también me han dicho que soy una pretenciosa, que qué me he creído. Pues sí, oiga, lo mío es el amor al arte. Que no hay contenido para adultos aquí, algún desnudo al óleo, una pizca de erotismo, que hasta los críos más críos pueden leer lo que subo, lo que escribo, lo que pinto. Que si yo sé lo que es contenido para adultos. Eso creía, bueno, espera, no estoy segura... ¿sexo puro y duro? ¿pornografía? ¿Mete y saca en HD y 40'? Yo no quiero nada de eso, el contenido de esos blogs es vulgar, prosaico y repetitivo, nada creativo, cero poesía; y ya hay sitios que cubren "esas" necesidades perentorias del espectador rápidamente. No quiero que me identifiquéis con esa clase de sitios, a pesar del cartel. A mí me va el tantra, lo confieso. Si volviera a nacer, dieciocho cumplidos, un metro ochenta, buena como el pan, exhibicionista y putona, otro gallo cantaría. (No digo lo del 60-90-60 porque ya los tuve durante muchos años, digo lo que me faltaría) Si yo tuviera esas dotes que digo, me crearía mi propia página para ilustración y solaz del personal. Con un buen fotógrafo y asesor de imagen, que me sacara siempre el mejor ángulo de todas las recónditas partes de mi anatomía. Incluso de dicho sitio, sí señor. Por el gusto de enseñarme y de que me dijeran por la calle, hoy me lo hice contigo, nena. Pero a las que tuvimos que sublimar la líbido en kundalini es decir substituir la frenética actividad sexual juvenil con el morbo insatisfecho de la mente madura, todo nos vale. (A ver si os creéis cuando digo eso que hablo de mí) Hasta la ilusión de creernos XX, cuando somos XXXL, poniéndonos un cartel anunciador en previsión de sustos y demandas ajenas. Para que no entre ningún malpensado y se vayan los hijos de puta, ya me gustaría saber a mí si alguien no ha entrado o se ha ido por eso.

   Y pa qué me voy a justificar. Ya sabemos que la primera impresión es lo que cuenta. A mí me la trae al fresco. ¿Qué me encontraré aquí?, os preguntáis al entrar la primera vez, y sólo por eso buscáis y buscáis y leéis todos los post. Igual no encontráis con qué escandalizaros. Vale, te lo tienes merecido. (¡Permite que me ría!) Lo siento, no quería. Me confieso: no lo quiero quitar el cartel. Tampoco quiero cambiar. Cómo sois, chicas, de verdad, de exigentes. Que no, que no y que no. No lo voy a quitar por el momento. No comprendéis que tener el cartel da un punto de misterio añadido al blog, que para eso lo tengo, para fardar. Y para aviso a los chavales, propios y ajenos, que cotillean en los blogs ajenos. Que bueno, se acercan igual, pero al menos ya están avisados, que no se diga, que soy madre y abuela. Os voy a hacer un regalillo. Ahora mismo voy a bucear por la red a ver qué encuentro sabrosón para vosotras. Tiene que ser un salchichón lo suficientemente fuerte, artístico y creativo para que tenga cabida en este blog para adultos. Voy a arreglarlo. No os preocupéis. El cartel servirá para algo. Os pondré algo digno de observar. Pero no me pidáis que tenga mal gusto. (Lo haré con sumo gusto


   Bueno, amigas, mis chicas de oro y de plata, perdonadme, os prometo poneros algo un poco más heavy que lo que veis habitualmente en casa. (¿el tamaño importa?) Un beso, y hasta pronto, os quiere, esta que lo es.
ALz.







¿Os gusta con el caracol? ¿Síííí? ¿Comprendéis ahora por qué a ellos les gustan las conejitas?
(Una pista: El tamaño, como la velocidad, se percibe de forma distinta por ambos sexos)

No hay comentarios:

Publicar un comentario