viernes

Traslación de responsabilidad


Es un término de uso jurídico pero lo aplico en este post a la vida cotidiana, porque describe perfectamente un proceso del que soy testigo y parte: cada vez soy más consciente de la utilización de la traslación de responsabilidad por gente con la que me he relacionado en algún momento reciente de mi vida. Obviamente, el lugar donde pretenden trasladar esa responsabilidad es a mi persona. Por eso me interesa especialmente la disertación teórica sobre el tema en la que te invito a participar.

La traslación de responsabilidad es un comportamiento con alto potencial destructivo y su funcionamiento es extremadamente sencillo: consiste en un patrón de comportamiento que utiliza la técnica del reflejo para eludir las propias faltas, las propias culpas, las propias responsabilidades, para eludir pedir perdón o decir lo siento. Pasar el tanto de culpa a otro. Y quedarse tan a gusto.

De forma activa trasladaría la responsabilidad quien encontrara una minucia en el comportamiento ajeno que enmascarase un gran error propio desviando la atención de sí mismo hacia los demás. Esto sirve sólo a quien lo hace, psicológicamente pretende liberarse de culpas y de remordimientos. A quien recibe la carga ajena, si la acepta, le aguardan grandes sufrimientos psicológicos y el engaño de cargar con una responsabilidad que no le pertenece. De forma pasiva tragarse el señuelo representaría la aceptación de la responsabilidad y lo que esto lleva aparejado.  No es difícil creerse culpable y menos cuando uno está predispuesto a ello. Así, pues, cuidado en aquellas ocasiones en que ves el mundo desmoronarse a tu alrededor y te preguntas: ¿y yo qué habré hecho ahora o qué no habré hecho ahora? y rápidamente encuentras respuestas que alguien te da pero en el fondo no entiendes cómo puedes haber sido el responsable del desastre. 

Como si A se deja el gas abierto todo el día en casa; a la noche B vuelve a casa y enciende un cigarrillo. Ante la catástrofe le diría A (en el supuesto de que ambos hubieran sobrevivido): no hubiera pasado nada si (B) no hubieras fumado, si hubieras dejado de fumar, como era tu deber.  Pero la realidad objetiva es que fumar es un comportamiento que entra dentro de lo normal y dejarse el gas abierto es negligencia o intencionalidad pura. Obviamente, si la traslación de responsabilidad ha funcionado contigo y te ha afectado, ocupando la posición de B, observarás que no eres el desencadenante de la situación ni el responsable de la misma, sino que alguien necesita hacértelo creer para que acarrees con una culpa que no es la tuya. El otro consigue (sólo) aligerar su conciencia, creerse inocente o superior, y evitar ser recriminado por B.

No es tanto el "yo no he sido sino que has sido tú", como que "siendo yo el culpable y sabiéndolo, cargues tú las consecuencias, las culpas de mis propios actos, liberándome a mí del malestar o del remordimiento que siento por no haber hecho lo correcto. Yo me siento de algún modo liberado y justificados mis actos mientras hago que la víctima se sienta culpable, sufra, calle y no proteste demasiado, sobre todo que no me eche a mí la culpa o que no me monte el pollo en cualquier esquina."

No voy a decir qué tipo de persona ejerce este comportamiento manipulativo sobre otros, ni cuál acepta cargar con las culpas de los demás, tú mismo encontrarás algún ejemplo cercano en tu experiencia personal, incluso puede que hayas ocupado un lugar en la ecuación. Se trata de ser consciente de que esto sucede constantemente, y de ponerle freno en cuanto te afecte. Yo te aseguro que en la actualidad ni doy ni acepto culpas que no son mías, pero observo los intentos de hacerlo conmigo. Me molesta que lo intente gente que yo aprecio o al menos apreciaba porque demuestra que tiene muy poco aprecio por mí y no consigue más que mi desprecio.

En el mundo del Derecho antiguo y moderno hay ocasiones, pero contadas, en las que de los actos de una persona haya de responsabilizarse a otra que no tiene nada que ver con los hechos. De los actos del menor deberán responder los padres que están a su cargo pues la patria potestad incluye también estas cosas; ya  en Roma respondía el señor por los actos de los esclavos. En Derecho Penal existe la ficción legal de que una persona jurídica puede cometer un delito, ser juzgada y condenada por ello: una sociedad mercantil puede tener responsabilidad penal por los actos de las personas físicas a cuyo cargo esté, al margen de la indudable responsabilidad civil.

En la vida cotidiana la traslación de responsabilidad consiste en esencia en hallar actos de otra persona que acarrearán y enmascararán las propias culpas, y ésa persona los remordimientos, los perjuicios e incluso la reprobación social que conllevarían nuestros propios actos. Es una técnica manipuladora y ruín que consiste en culpar a otros para descargarse a sí mismo del sentimiento y de la responsabilidad que conllevan los errores propios.

Hay un proceso psicológico que opera de modo equivalente, se trata de la proyección. Dicen que las personas estamos diseñadas para proyectar en otros lo que no nos gusta de nosotros mismos. Aprovechamos para criticarles y denigrarles por ello, cuando los defectos son en realidad nuestros, porque no soportaríamos esta actitud con nosotros mismos. Como resultado de este obrar, nos suponemos inocentes y nunca aprendemos de los propios errores. Nos autoengañamos. Además hacemos daño gratuitamente. Perdemos amigos. Es tan fácil engañar a la psique como a los sentidos. 

Cualquier cosa es suficiente para intentar ser feliz aún a costa de los demás y para ver lo que no hay.

ALz.





Licencia de Creative Commons


No hay comentarios:

Publicar un comentario