viernes

Comer con mis amores





Otro viernes de otoño.

No hay nada mejor que comer con mis amores.

Que sepáis que en mi corazón siempre seréis mis chicos aunque os hagáis viejos muy viejos.

Os quiero, ¿vale?

Alz.


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lunes

Mentira








—⸘Perdóname, me voy, no estoy bien‽ —No sé ni cómo decir esto, por eso me tengo que ir. No es que no quiera hablar. Es que no quiero que tú hables más, para qué—.

Me encuentro sobrepasada por un cierto malestar, como un mareo repentino, y mejor me voy. Ya a solas, siento un escalofrío que recorre mi espalda desde la base misma de la columna y desencadena como una descarga de electricidad en mis hombros porque sé; que me estás; mintiendo. Me estremezco; me abrazo estrechando fuerte mis brazos buscando consuelo en mi interior. Y no lo hallo.

Creo que preferiría no haberlo sabido, pero desde este preciso momento soy consciente de que me mientes y yo te observo hasta en los más nimios detalles cuando me respondes y tú me hablas en apariencia como siempre pero yo sé que no porque no me miras y cuando me miras no pestañeas y te has acostumbrado tanto al engaño que ya es tu natural yo sufro indeciblemente pero ante tí disimulo mis sentimientos porque no quiero que tú; sepas que; yo lo sé. Pero lo sé y eso no puedo cambiarlo.

Sé que piensas que es bueno para mí que actúes así, sé que crees que me proteges si me mientes y por eso que me dices cosas que no son, para que yo no sepa lo que pasa, para que sea más feliz a tu lado de lo que soy. Pero no soy feliz y eso a tu lado no puedo cambiarlo. Sé que nunca me confesarás la verdad y yo que la sé quiero llorar si es preciso, llorar pero tras ello vivir en libertad.

ALz.

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viernes

Contigo puedo cantar




Me gusta porque contigo puedo cantar. Y canto,

y me dices cantando, —sin que el rubor asome a tu piel—

cosas que nunca antes nadie, nadie,

nadie,

había dicho para  jamás.



Dí que me quieres, mirándome a los ojos y yo,

y yo me lo creo todo,

todo lo que cantan tus canciones

y a mí

me hace in-con-men-su-ra-ble-men-te feliz,

porque por mí

eres aquel que me imagino,

aquel que me añora, el que no duerme;

aquel que en su cama me extraña y me siente.



Él.

Aquel que por mí no vive,  y el que mi cuerpo anhela y desea.




Y tú, amigo, tu boca, —aunque no sueñes conmigo—

canta, y me haces cantar, y yo canto contigo


palabras de amor, aunque no me ames 

yo las digo,

embriagada en la cadencia de los versos

 me enerva tu respirar,  me transporta tu voz y

no me importa que no me quieras ni me idolatres.


Mi bendición son tus rimas

y dejar salir mi voz

y que me cantes el amor que yo ya no siento y

que me digas en un susurro —qué se yo—

que soy sólo tuya y yo

me lo creo y canto; aunque nunca lo he sido, yo así

siento la pasión de los poemas que ensalzan el amor.



Los poetas del amor y el desengaño que

prosan la pasión que yo ansío  y sentía y viví

recordando mi primer amor, amor que se ha ido sin retorno

y el amor que olvidé, y el que a mí me olvidó,

y el que amaba y a mí no me quiso;

y el que me amó y no quise yo.


Y el que a mi lado vuela —buscando otro lecho—,

y el que no se entera y el que no se atrevió,

por ellos yo desentierro mis recuerdos,

avivo mi esperanza,  elevo mi voz,

y enarbolo mi adiós;

por ellos,





Sueño

que canto y me siento de nuevo

enamorada —como una vez lo estuve— mientras tú me cantas y yo te digo:

—Cántame, porque contigo puedo cantar, y canto

amor.



Alz.




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Sara, glamour y contenida pasión.






miércoles

Estoy triste



—Estoy triste y ni mi en mi casa saben por qué.
—Tienes todo lo que querías. ¿Qué te falta?
—No es una cuestión económica.
—Uhm.... no me lo digas.... ¡te has roto una uña!
—Cuando se tercia eres tremendamente superficial  —dije altiva mirando a la cámara con mi mejor perfil— es una cuestión emocional.
—Pues si he de juzgar por la foto que has puesto diría que tiene que ver con el mar o que tiene que ver con un pez.
—Pues sí y no. Tiene que ver con la primera tormenta de septiembre.







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