lunes

Insectívora













Me voy a volver para llegar a final de mes. Es una gran idea. Denle máxima publicidad al informe de la FAO y la recomendación de la ONU, blogueros.

Cada vez estas autoridades atinan más en las recomendaciones para salir de la pertinaz depresión económica. 

A partir de ahora cuando tengamos hambre, comeremos hormigas en fuego de leña. Son más baratas que un bistec y alimentan lo mismo. Las aderezaré con limón o vinagrillos y pensaré que estoy comiendo caviar. Si al final crujen lo mismo, saladitas y con liquidito por dentro. Y las ensaladas crecen en las cunetas. Así nos vamos a ver.

-Oh, grandes iluminados de la cultura occidental, bienvenida sea la globalización alimentaria a las depauperadas tierras sudeuropeas, cada vez más cercanas al África ancestral de donde todos procedemos. Extendamos las sanas costumbres del desierto, aprendamos a sobrevivir devorando insectos.

-Pues qué quiere que le diga, señora mía, si yo prefiero estar a pan y agua. Yo cuando veo un bicho con más de cuatro patas me dan ganas de aplastarlo, no de comérmelo. No acostumbraré mi estómago a digerir una mierda de bichos que comen mierdas.

-¿Pero no ves que nos están devorando los de nuestra propia especie? Si lo que pasa con los mandatarios es que nos hacen tragar su propia mierda, porque únicamente a nosotros va destinada. No a ellos, oh casta privilegiada del olimpo extractivo, a quienes no les afectan las medidas que propugnan e imponen a nosotros los parias del libre mercado.

-Tranquilo, Agapito. No saldremos nunca de la depresión económica, porque no llegaremos a verlo. Nos moriremos antes, y quizá de hambre... o de asco.

Creo que estamos a punto de entrar en depresión crónica.


Aunque comer insectos sea una de las soluciones más lúcidas e imaginativas que he leído últimamente. En el fondo se trata de una medida cultural, evolutiva y no nutricional. Hay que cambiar el chip, o sea, hay que joderse. Y en esta coyuntura que estamos, resulta profunda y descaradamente humillante.


ALz.






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domingo

Piensa momentos




Anoche me comí mis sentimientos.

Hay momentos en que no deseo compartir.

Lo que se prepara en la cocina de mis pensamientos.

Hay momentos que.

No quiero siquiera que sospeches

que pienso en tí.

ALz.



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jueves

Algo autobiográfico






¿Quieres que hable de mí?  Observa bien este fragmento de pintura. ¿Qué deduces de lo que ves? Yo te lo diré:

Transformé mi último cabreo en un fértil estado de enamoramiento pictórico. 

El proceso creativo tiene estos secretos. Canaliza fuerzas, pasiones, sentimientos. Del cerebro, del corazón, hacia la punta de los dedos. Media un impulso que se convierte en un movimiento, que deviene estético. 


Para mí, que lo dice todo de mí. Alguno de vosotros me sometéis al tercer grado. No me importa demasiado, suelo hablar a mis conocidos de mis opiniones, creencias y experiencias, sin apenas recato, pero también me sé resistir, y ayer, tras una pregunta que era casi un exceso, una me dijo:


—No diràs res i faràs bé.


(—No dirás nada y harás bien.) Pero ella la soltó, por si acaso. Y yo no voy a soltar prenda. Me miró la cara y sacó sus propias consecuencias. 

Quien quiera saber de mí, que pregunte, y que conteste.


Alz.




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