martes

El aire habla


La playa en un día de viento de tierra
El paseo, la conversación




La Posidonia tapiza con su manto protector la arena en invierno, mientras hablamos, paseamos




Los restos arrancados por el mar también forman parte de la playa, andamos, charlamos.

El aire habla.

ALz.






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lunes

¡Vive!



Se acostumbró a vivir en condiciones precarias.
Adherido a su sustento fósil sin levantar un palmo del suelo.
Sin llamar la atención de quienes viven en estadios superiores y pudieran pisarlo, aunque eso tampoco puede destruirle.
Sin embargo todo el mundo pasa y todo el mundo pisa, a nadie le importa quien crece a ras de suelo y tiene otro horizonte.
Y a la vez le salvaguarda que no les importe.
¡Vive!






sábado

La luna desde mi ventana





            ES DE NOCHE CERRADA. Tantas cosas suceden cuando fuera reina la más fiera obscuridad. Se cierne el misterio y el ocultamiento sobre los acontecimientos que no pasan desapercibidos a la luz del día.

La atracción empele el rumbo de sus pies, que resuenan allá a lo lejos, andando, buscando. Pasarán horas antes de que la luz vuelva a dominar sobre los caminos. Ha de ser suficiente. Es el tiempo que le es dado para que convierta en realidad sus designios.

El objetivo es radiante como el satélite que se acerca al horizonte. Se aleja conforme se acerca. Se detiene a observar. No puede substraerse a la atracción imperiosa de sus pulsiones. Se levanta de nuevo y su mente llega antes que su cuerpo. Pero la noche lo tapa todo con su manto y lo sigue, lo persigue. Protege las sombras.

Me transporta LA LUNA DESDE MI VENTANA. Sin pretenderlo, alcanzamos idéntico lugar.

ALz.



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viernes






Hoy no tengo ganas de contarte nada.
Ni de comerte el tarro, ni de enrollarme siquiera.
Hoy miro las nubes pasar, las cosas que me hace feliz observar.

Silencio.

Hoy tengo ganas de primavera.
Del renacer de los campos reflejado en los sentidos.
Hoy el sol no alumbra. Ha llegado cargado de nubes para regar.

Oigo Darkness.

Hoy tengo preguntas que hacerme.
De la vida, de la naturaleza y del más allá.
Hoy es una noche de luna. No hay nada que me quiera contestar.


ALz 






jueves

¿Ves ahora lo que yo ví?









Ahí van otros fragmentos de la misma pintura. ¿Ves ahora lo que yo?


Retazos de una roca ante la fuerza de la tormenta, batida por las olas, adornada por la espuma marina, que se yergue solitaria y desafiante desde la profundidad del mar.


Fragmentos de "Ante tí" óleo sobre tela, 2004.

ALz.

miércoles

¿Qué dijiste que veías?









Esto es lo que viste ayer




¿Que interpretaste de lo que viste?


Nada es lo que parece. Y menos tomando un pequeño fragmento de la totalidad. Un golpe de paleta.
¿Qué hay? Te lo diré:



El mar, el mar,  y en medio del mar.... .
...la soledad existencial.



Próximo post y te lo explico, mejor dicho, te lo enseño.

El limón y la realidad de lo que queremos ver.



Es que este enero andamos a vueltas con los limones. No sé si veis la diferencia de esta fotografía respecto a las fotografías subidas los días pasados del proceso de trabajo sobre el limonero de marras. ¿No?, pues yo ayer, tampoco. Y es que: ¡Estoy hasta los limones! Si queréis, volved atrás para comparar. La hay, os lo aseguro. Y es fruto de varias horas de observación, de discusión, de risas y de trabajo. Creo que es fruto de abrir los ojos al análisis, a la mirada sincera, a la imagen en su conjunto, a la observación de sus detalles, a descubrir sus secretos, sus planos, su perspectiva, entornar los ojos para descubrir sus luces, sus sombras, sus tonalidades, alejarse, acercarse, volver a las luces, volver a los planos, volverse bizco en el intento.... creo que es más fruto de todo eso que de mojar los pinceles con pintura, pues todo ha sido dar un par de toques, envolver las figuras en veladuras buscando el matiz, en resumen, ¡creo que no me voy a dedicar al realismo nunca más! Tengo demasiadas dioptrias y demasiada poca habilidad para eso. Por mis pinceles se desliza y de mis tubos salen a borbotones los colores de mi fantasía. Debo sujetarla estirando todo el rato las riendas. Cuidado: ese tono es feo, pero hay que ponerlo exactamente así. Dentro anida un mundo ideal que no se corresponde con la realidad, aunque lo intente más o menos sinceramente. Por no hablar del subconsciente. Y es que volvemos a lo de siempre: no vemos lo que hay, vemos lo que percibimos subjetivamente. Y nuestra percepción personal, para qué vamos a discutirlo, está bastante distorsionada. Pero es que así sucede en todo, no solamente cuando se intenta transcribir más o menos fielmente la realidad de lo que existe: que transcribimos la realidad de lo que vemos en el mejor de los casos, y en el peor, la realidad de lo que queremos ver.


ALz

martes

Imaginaciones


Qpasa.
No nos imaginamos las cosas. Pero.
No pasan las cosas que creemos que pasan. Pasa lo que nosotros percibimos de lo que pasa.
Nadie percibe lo mismo de idéntica realidad. No lo intentes.
Hay quien no entiende aunque le hagamos ver mil veces nuestro punto de vista.
Es sencillamente, porque no quiere o no puede entender. Porque su propia personalidad y su propia experiencia pasada filtran su percepción de forma que no ven lo que les mostramos.
Es una lástima. Pero no llegamos muy lejos con personas así. Mejor no insistir.
Insensibles a lo que sentimos, no hay conexión posible.
Sin embargo hay otros seres con los que conectamos instantáneamente.
No hay que comprender, no hay que empatizar, hay que aceptar como cada uno se es.


ALz






Por cierto, ¿qué ves?









sábado

Se busca secretario fino



-¿Por qué siempre dejamos para luego el archivar los papeles?

- Porque procrastrinamos; porque no sabes archivar; porque no te da la gana.

- Anda, todo el mundo sabe, además yo hice un curso de técnicas modernas de archivo... (en la edad media de mi vida), querer.... igual no es que no quiero.

- Buah, menos lobos, curso para archivar.... pues ya no te acordarás! Por qué va a ser que no quieras, alma de cántaro, pues porque casi siempre tenemos algo más agradable que hacer, algo menos polvoriento, algo más productivo o que dé más placer.

-Bueno, ya estamos, pero archivar a veces hace falta, o si no, nos inventamos las técnicas de archivo, aunque sean nemotécnicas.... aunque sean alfabéticas, aunque sean alfanuméricas, lo que sean, xD, quitar los papeles de en medio. Si lo haces bien, la recompensa es que al menos así encontramos sin dilación los documentos pertinentes en el preciso momento en que los andamos buscando.

-No, no lo creo, no hace falta trabajar tanto ni siquiera estudiar, yo no sigo ningún sistema, ninguna regla más que a mi intuición. Yo siempre encuentro lo que busco, tengo una memoria proverbial, todo está dispuesto por montañas en el suelo, sobre la mesa, en los estantes. Lo encuentro todo, aunque a veces tardo un ratito (largo) en hallarlo, pero en esas ocasiones, aprovecho para ordenar y quitar el polvo, que tampoco está nada mal, la chacha ya sabes que pasa de eso, ¡no se que falte algo!  Pa ná, porque siempre que falta algo o mejor dicho siempre que no encontramos algo le damos la culpa invariablemente a la señora de la limpieza, es como un tópico que siempre se cumple.

-Y entre tus montañas de papeles, ¿no salen de vez en cuando, sobre todo por la noche, pequeños bichitos con patas de entre los folios y los cartones de las subcarpetas? ¿Que no? Vaya, vaya, no me lo creo, son una plaga en nuestra ciudad, creo que se deben de alimentar de papel, o de tinta, o de polvo o de caspa, qué se yo, o tal vez andarán buscando un rincón calentito en el que guarecerse para pegar un polvo y hacer nido....

- Que noo, hombre, que los bichos que se alimentan de celulosa, es decir, de papel, son los roedores... Y de éstos seguro que no hay por aquí, vamos, hombre... ¡faltaría mas!

-¿ Pues sabes que? A veces he pensado que me encantaría tener un par de bichejos de esos, que se meten en una jaula y dan vueltas sobre una ruedita y corren y descorren laberintos sólo pa jugar, o pa comé, y enseñarles a comerse los papeles ésos que tanto me disgustan... Así ahorraría sitio en el archivo, ¡jaja!

-Pues sí que se pondrían buenos los clientes y tú mismo cuando necesitaras los documentos, tío, como se nota que no has visto en tu vida los lastimosos agujeros y las trizas en que quedan convertidas las escrituras.... ...¡pero si es siniestro indemnizable!

- Vale, acepto, era una imaginación infantil. Yo creo, ahora en serio, que la solución está en escanear los documentos y guardarlos en un disco duro de esos portátiles o extraíbles o como se digan....

- Bufff.... ¡Estás loco, no sabes lo que dices, o mejor dicho, si lo sabes, pero no sabes dónde te metes! Eso es un trabajo de chinos, papel por papel, previo ordenado, numerado, comprobado, ni te imaginas.... a mí el documento electrónico me encanta, pibe, pero a menos que lo inicies lo que entra desde ahora, creo que la solución para lo antiguo está en contratar una secretaria que te escanee todos los documentos y te monte los archivos.... ...y si es posible, seguir contratándola para que te los encuentre después.

- Jo, tío, tú como siempre, qué razón tienes. Creo que no me lo voy a pensar más. Ahora falta encontrar la persona adecuada, al horario adecuado, al precio adecuado.

- Pues pon un anuncio: Busco secretaria de menos de 30 años (por lo de ahorrarte la SS, y solazarte la vista con su trasero, ya sabes), se requiere buena presencia (ahora está permitido, si dices que tiene que atender al público, no tienes ni que justificarte), experta en ofimática (eso es requisito sine qua non), con al menos tres idioma hablados y escritos (al menos que sepa el francés.... jaja), licenciatura o máster en administración de empresas (sí, tío, tu pide, que hoy hay carne de sobra en el mercado)... y pásate a todas las tías disponibles de la ciudad, elige la que esté más buena y sepa utilizar el escáner, y comienza contratando un mes a media jornada por necesidades puntuales de la empresa (que siempre acaban haciendo horas de más y otras cositas para hacer méritos) y cuando te pida el salario.... ¿el salario?, ah, pues el salario mínimo del invierno pasado elevado a un medio y partido por dos..... ¡un chollo, tío!

- Jo, tío, de verdad, qué pensamiento audaz, eres mi ídolo. Pero pa decirte la verdad, te has confundío de menda, a mí me van los tíos, pero el razonamiento me vale, voy a cambiar las as por os. Busco secretario fino. ¿Vendrá alguno?

- Ya te vale a tí también, esto se llama ¡salir del archivo!

ALz




viernes

Los cítricos y el placer indecente del chocolate







Los cítricos y el placer. 

Vamos a dejarlo ahí, por el momento. Así van los cítricos por hoy. Ya están suficientemente amarillos y ácidos. Han sido calentados convenientemente con un soplo de aire magenta. ¿sabes por qué me gustan tanto, si ya me duelen de tanto verlos? 

Pues porque cuando los miro puedo recordar como en una película, perfecta y gráficamente, cuando una temporada de chica iba yo los sábados por la tarde de invierno al jardín vecino o tal vez los domingos soleados a ver los limoneros;  tomaba y sopesaba yo un limón con ambas manos, dudaba y me iba a coger otro, lo mecía sin arrancarlo, calibrando de todos los elegidos el que más pesara, el más bello de todos los que tenía a mi alcance, los sopesaba uno detrás de otro con la mano haciendo vasija y acometiendo el amarillo por debajo, como si acariciara el fruto más preciado del hombre, y una vez que lo tenía cuidadosamente escogido, lo desprendía del árbol con unos movimientos circulares de muñeca, luego lo acercaba a mi nariz, apreciando su aroma, antes que a mi boca, y me alejaba del árbol con una sonrisa en los labios, con mi pequeño tesoro amarillo, nunca verde, amarillo real; me iba al abrigo de una valla cercana, de piedra plana, larga y alta. Entonces asía en mi palma el limón y comenzaba despacito pero sin consuelo a apretujarlo, a amasarlo sobre la piedra superior de la pared. Me podía pasar un largo rato haciendo aquello, apretando, rodando, amasando la pieza conseguida. Había un placer morboso en romper las fibras interiores de mi presa y en hacerla soltar su tesoro más preciado.



Recuerdo un hombre jorobado y bastante mayor que yo, debía de ser casi viejo, de esa edad indefinida que tiene la gente mayor cuando tu eres adolescente; un hombre que me miraba hacerlo. El limonero era suyo, y consentía con las operaciones, así que yo le creía con pleno derecho a estar allí y mirarme. Luego algunas personas le miraban a él desde lejos mirarme a mí. Nunca se pasó. Nunca le hubiera dejado. Pero sin embargo, creo que no me miraba las manos amasar precisamente, sino mis atributos en pleno desarrollo que ya comenzaban a despuntar fieramente bajo la camiseta. Sea como fuere, yo no me daba cuenta, o al menos recuerdo que no me molestaba. Y ¡ojo! a mí esas cosas con lascivia manifiesta me solían molestar bastante, hasta en mi padre. Fue un invierno o dos de intercambio feliz de limones.







Este podría ser el limón elegido. Así andaba yo, amasa que te amasa, amasa que te amasarás. Cuando el limón estaba bien blandito, "en su punto" deshecho por dentro, era la hora de horadarlo con el dedo, previamente haciendo un agujerito ayudándome de los dientes, las uñas y lo lo que fuera. Luego no tenía más que aplicar, golosa, la boca a aquél biberón improvisado e ir absorbiendo del ácido jugo, bebiendo del limón a sorbitos.  Ahhh.....  cualquiera se maravillaba y le rechinaban los dientes, pero yo disfrutaba, sentía un placer inmenso en sorber el zumo gota a gota, sin hacer ningún esfuerzo puedo sentirlo ahora mismo en los laterales de la boca, nada como la sensación de acidez caliente de un limón recién mareado... mi lengua salta de dolor y de placer a la vez... placer intenso, a falta de algún toque final de dulzura. Es lo que le hace falta a la acidez. ¿Azúcar, miel? Nooo. Cho-co-la-te.







Y aquí llega el toque prometido de dulzura y de lujuria a la vez. Qué mejor para combinar con los cítricos que una buena pastilla de chocolate, o en fondue calentito, que también, o mejor todavía espera, probemos otras formas que te voy a decir, pues acabo de cambiar un poco preferencia a base de ir buscando (documentándome, que queda mejor) por la red world wide web.


Para el limón, para la acidez, nada mejor que un buen acompañamiento de chocolate, como decía el otro día, pero mejorado. Pues sí, chicas, lo he encontrado, y no estaba en el campo, precisamente. Aunque no te lo puedas creer está a tu alcance, este dulce placer indecente existe en la vida real y es lo más de lo más para que te lo regalen. El contenido del interior es libre y puedes elegir entre varias clases de sabores, algunos de ellos cítricos, como me gustan a mí. La cobertura es de chocolate negro auténtico. Lo hacen y venden en Barcelona, como no podía ser menos. ¿Te ha gustado, verdad? Compartiré el secreto contigo. Si quieres, puedes encargarlo por internet, busca la web de United indecent pleasures: unindecent.com. Placeres indecentes de chocolate negro. Sabía que no os defraudaría. Yo también quiero uno, aunque sé de algunos afortunados y afortunadas que ya lo han probado. Es que está bueno y es apto para varios sexos. No es barato, nada rico lo es, pero tiene veinte centímetros de placer, y todos repiten. Yo de momento, y hasta que llegue mi encargo de chocolate negro, me conformo con chupar del limón del limonero. Eso sí, de forma absolutamente indecente y placentera.

ALz.





















jueves

Volviendo a casa




















Hace tanto tiempo que no sentía así la distancia, aunque esté tan cerca;
hace tanto que no andaba tan lejos de tí.
Estoy cansado, muy cansado.
Hoy me encuentro así, volviendo, entrando a puerto. 
Tanto añoraba tu piel, tu cuerpo, tu voz. 
El día pasa y la noche es más noche sin tí, y más larga,  y más amarga. Volviendo a casa.

ALz.

miércoles

De la lima y del limón



Por qué, -me habéis preguntado- insisto en los cítricos, ¿es que estoy ácida? Nooo.... no es acidez lo que me pasa, y menos gástrica, aunque a veces las suelto largas por esa boquita, un tanto acidez neuronal, quizá; pero tampoco es acidez lo que me falta. 


No, no es eso. Es que queréis sabe demasiado. Nada que ver con la crisis, que no.  Ni con el paro. Noooo. Ando ¡taaaan atareada! Bueno, ¡vale! Es un decir, pero bueno, en serío, sí. Ando que no me siento. Todo el día en amarillo limón. Me he olvidado hasta de mis amigas. No salgo, no entro. (Temporalmente, que sí, ya enseguida vuelvo en mí)


Tampoco es dulzura, lo que me falta, ni lo que me pasa. Me gustan los cítricos. Estos frutos naranjas y amarillos, de la huerta vecina a mi casa. Pero si quieres azúcar, yo creo que hay rosa. Mejor dicho, hay rosa. Y aquí me tienes buscando las luces sombras, ensayando formas... De veinte fotos ¡os regalo ésta!  


¡Adoro las tonalidades cítricas de amarillo limón, amarillo cadmio, naranja, magenta, verde, azul cyan! Es que hoy estoy amarga como una lima, como un limón, como una naranja, como una mandarina.... ¡jaja, como un melón!


Por cierto ¡con una buena tableta de chocolate los cítricos saben mejor! Es que me he ido dulcificando a lo largo del día.... ¡con las cosas que me cuentan estas chicas! A mí también me encanta una buena tableta de chocolate negro, si tu pones las naranjas mejor! ¡va por tí, guapa!



lunes

En aguas de Formentera








ALz.
Acrílico sobre papel
(Detalles)




En aguas de Formentera.
Son inconfundibles. ¿Qué cómo las reconoceréis? 
Pues por su claridad, por su transparencia, por su color incomparable.
Porque en el Mar Mediterráneo no existe otro turquesa igual.
Porque es hipnótico el blanco de la espuma de los días de tormenta.