jueves

Más malas que Caín




Vale chicas, me encanta veros, tomar un café o unos vinos o unas copas con vosotras, compartir risas, confidencias, recetas y jurisprudencia... 

Vale que me pirro por ir de compras juntas, por ir a caminar por la playa, por comentar el último escándalo de la ciudad...  Vale que parecemos amigas.. ¿Pero... lo somos?

A ver si apuntamos maneras. Que sepáis que cuando el objeto de vuestros despieces soy yo mismísima, pues no os lo consiento. Porque no me hace ni un pelo de gracia, tías. Conmigo pues que hablamos a la cara, que de puñaladas traperas ya he tenido mi dosis y de hipócritas de dos caras ya he conocido bastantes. 

Gossips niñatas canosas... ¿Sabes que pienso de vosotras? Pues que Sois Más Malas que Caín. Y que verde que pones por ahí, verde que me pondréis a mí. 

No te haré más amiga, amigas. Con alguna fue el fin, porque os pillé, o porque me lo han contado. Y a mí me cuesta muy poco hacer borrón y cuenta nueva con alguien, lo mío es amistad por eliminatoria. Tu no, tú fuera, tú sí, tú adiós. Tú, aquel día fue la última vez que.

Las cosas se hablan entre amigas; lo que pasa es que he despertado vuestra envidia, gusanas de pilates y de despertador mañanero. 

A las demás, no os creáis que voy haciendo un diario de mis experiencias sexuales, ¡pues faltaría más! para ponerlo a vuestra disposición menopáusica... Para que me saquéis lustre en cuanto me de la vuelta.... Va a ser que no.

Vale, os confirmo, lo último ha sido como ir de farol. ¿Contentas? Os confirmo: no, yo no escribo relatos autobiográficos. Lo mío es la ficción erótica, a ver si os va quedando claro; para algunas cosas hay que escribir en primera persona singular. 

Lo que pasa es que voy utilizando vuestras... confidencias y experiencias jugosas... Ya sé que alguna interesada se ha dado cuenta, sintiéndose fuertemente.... identificada; como cuando conté aquél de. Pero es que la inspiración llega al escritor no se sabe de qué lugar... ¿comprendes?

¿Vosotras no conocísteis La sonrisas vertical? ¿De veras, os habéis quedado con el Corín Tellado? Pues si os ponéis tontas no os escribo más de sexo, ¡ea! os mando a leer romances... si sé yo que os gusta más el negro que ése.... grismente famoso con una literatura del tres al cuarto. 

Contadme cosas, chicas; y tú olvida la regañina y no reincidas; si ya sabéis que yo no doy nombres...  Tú cuenta que yo narro. Y a según quien se le pone rumbosa la cosa. 

¿Aclarado? Ya está: No, guapas, no. El culo hercúleo no es mío. Ya me gustaría. (Es del jardinero)


ALz.


martes

Melancolía





Del frío, del tiempo.

Del gris, del viento.

¿Dónde estáis hasta que vuelvan los días de calor, de dulce sol?

Andamos escondidos en el amarillo danzante del fuego.





ALz.


sábado

Se que te irás








En él me gusta casi todo, hasta lo canalla que es. Me gustan esos músculos torneados en horas lentas de pesas, carretillas, máquinas y gimnasio; y me pregunto cómo puede venir reventao del tajo y levantar ochenta quilos después; y después, los ochenta míos. No lo sé.


Él lo puede todo, tiene un buen material de base regalado por la madre que lo parió. Genes que las mujeres admiran y los hombres desearían, aunque lo desprecien, sangre mezclá; pero es envidia no más. 


Se sabe deseado, sí.  Le gusta, lo explota bañando en aceite y sudor su piel marrón que brilla como en nadie antes he visto. Y se luce yendo a entrenar sin ropa interior, el muy cerdo. Pa que suframos las demás; me suben los calores cuando bate el capullo de ese inmenso badajo bajo la tela de chándal gris vigoré. 


¡Ay, Dios! Debo de tener fiebres de nuevo. (No mirar, no mirar.) Y esa gracia étnica cubana, africana, gallega o andaluza, qué sé yo, y sobre todo esa risa y esos dientes... Me encanta reír cuando hacemos el amor. Me hace feliz. (¿Dónde se cuidará esa boca?) Me derrito sólo con pensar en asirme con mis dedos en garra a esos glúteos contraídos, gordos, redondos y gloriosos, sólo para mí.


Confieso. Me muero por agarrar esos bíceps redondos y poderosos y sentir su cuerpo flexionado sobre mí. Él no da muestras de cansancio, desaliento ni aburrimiento. Siempre está dispuesto para el trabajo que dependa del cuerpo. Sobre todo si es de mí cuerpo.


Soy débil, señor, apiádate y acógeme en tu averno. Me ponen esos músculos duros, esa enverga-dura y desarrollo carnal. Me quemo. Esas gónadas golpeando mi suelo en cada embestida. El clímax que puedo reiterar cuántas veces desee en un encuentro sensual. A mi edad, quién lo diría. Adoro su potencia, su duración, su insaciabilidad, su capacidad de repetición. Y me he descubierto multiosgásmica, por Belcebú que sí que lo sé.


Él se recuesta en mi regazo, hundiendo su nariz entre mis pechos mientras le acaricio la cocorota como a un bebé, y él bebe de mí, de mi seno. Sé que me dejará por otra, de pechos turgentes pero vacíos, de vientre liso pero virgen de vida. Pero hoy es mío a mi orden y eso que pase es lo mismo. Sé que se irá pero no me importa.


Algún día se irá con quien parta en dos su edad, pero hoy está con quien casi la dobla. Una canción dijo que diez, veinte o treinta años no son nada, pero tratándose de cuerpos, veinte años son muchos. Tratándose de cerebros, treinta años son una gran ventaja. La mía.

ALz.

martes

Uno al año.










Sucedió después de un suculento almuerzo entre amigos. Nos soltamos, charlamos, reímos, bebimos, comimos... nos mojamos. Más que comida, fue comilona; cuatro platos, tres caldos, cafés y licores a mansalva... No me sentía pesada, qué va, ni cansada o somnolienta, sino con ganas de trote; así que volvimos al hotel paseando y bromeando. Más bien diría insinuándonos.


Él sostuvo el paraguas todo el rato sobre mi cabeza lo que le obligó a permanecer a mi lado y me llegó a sujetar el hombro por detrás; diríase que me acariciaba, esa sensación perdida en los archivos de la memoria y recuerdo haberme sentido reconfortada, si ese calificativo fuera aplicable al frío y la humedad del que me protegía con su cuerpo. Estaba de un humor excelente, un tanto achispado; bueno, estábamos.


En resumen y para no cansar, se dieron objetivamente las condiciones todas ellas favorables a provocar el acercamiento sexual entre dos adultos humanos y de cualquier raza. Que hubiese sido lo normal y apropiado, con la excepción de que ésto te pasase precisamente con aquél que ha sido durante años tu pareja. Lo digo porque con quien se conoce tanto a veces las cosas se complican.


En principio, nos fuimos con la pretensión de hacer la siesta y descansar ya que habíamos quedado también para cenar, pero yo en seguida predije que no. Que las condiciones eran extremadamente favorables. Que tocaba ese día, vamos. Esa siesta era la del año que no hace daño. Regresamos con alas en los pies. 


Me demoré tres minutos en el baño, justo para lavarme los dientes, y quitarme la ropa ante el espejo, toda la ropa, y me perfumé. Me tendí en la cama al lado de aquél que decía ser mi marido, -porque a mí me llamaba su mujer- y algún día lejano fue un hombre. Mi hombre.


Él estaba de espaldas y yo le rocé con la mano la zona lumbar y las nalgas, insinuante. Nada.  Insistí un poco más arriba. Giró unos grados la cabeza hacia mí y apenas me miró unos segundos. Me dijo: —Te vas a enfriar. Y se dió la vuelta.


Me enfrié de golpe.—¡Joder! —pensé yo— ¡cúbreme tú! Pero las palabras se ahogaron en mi garganta.  Pues claro que cogí frío, en el cuerpo pero un poco más en el alma. No insistí y... acabé haciéndolo yo solita. Y no te voy a contar más, ni el qué.


Sólo te diré que aquélla vez que lo intenté fue... la última vez.




Durante mucho tiempo pensé que de aquel desplante y de otros por el estilo tenía yo la culpa, que la responsabilidad era siempre mía buscando aquélla frase que le hubiera molestado, la actitud en la que había fallado sus especttivas, desvalorizándome y minando mi autoestima...  o sea, como de costumbre.


Me han costado muchas sesiones de psicoterapia y superar la menopausia para comprender que un hombre si no puede, no quiere; o hace como si no quisiera, que duele más pero le deja a él a salvo de humillaciones; o lo intenta de manera tan burda que  te obliga a rechazarle, lo que viene a ser otra forma de evitar el encuentro y de trasladar la responsabilidad —aparentemente— a la parte más vulnerable psicológicamente.


Un polvo al año no hace daño. No claro, si nadie dice que duela, sino todo lo contrario. Lo que duele es que quien tengas al lado no quiera hacerlo. Y lo jodido es que quien tengas al lado ni quiera ni pueda hacerlo. De acuerdo. Uno al año no hace daño. Y ya va tocando, el del año pasado.


Pero uno al mes tampoco hace daño y debe ser más sano, digo yo. Se me ocurre así a voz de pronto que tonifica la piel, que adelgaza, que pone buena cara, que satisface y que te ahorras una pasta en gimnasio. Definitivo. Me quedo con uno al mes.


Sólo que enero es un mes cabrón. Todo va más caro que en diciembre, donde además nos gastamos la paga y la extra, sí, ésa que no nos dieron. Y total, aquí sólo se levanta la cuesta de enero, que parece la subida al everest. Lo otro se queda en el campamento base sin salir de su tienda de campaña.


Y por si fuera poco, hace un frío que pela, claro. A ver quién es el guaperas que intenta ponerse en bolas a cuatro bajo cero. Es que ni se las debe de encontrar. Yo no me caliento lo suficiente para despelotarme ni al lado de la estufa. O sea que ahora va a ser que hoy no quiero.


Ya llegará el calorcito en forma de sol o en forma de leño. Uno al mes, lo tengo entre mis deseos anuales para este año trecésimo, y de momento no se va cumpliendo, será que no he expresado bien mis deseos y sentimientos.

¿Cuánto queda para que acabe el mes? Una semana... Pues eso, semana, mes o año. Uno al año no hace daño, sobre todo, si toca mañana. 


ALz.





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domingo

Sex on the rocks




Me voy a meter en un terreno...  no diré peligroso, pero diré arriesgado. A partir de ahora voy a escribir sobre sexo. Hace tiempo que no digo nada, y no es por falta de ganas. Es por falta de no sé qué. Basta de pensamientos, sentimientos y monsergas por el estilo. Eso no le interesa a media parte de la humanidad. Y la otra media pues no me lee. O sea que tú verás. 

Voy a hablar de sexo y no va a ser precisamente de sexo platónico. Me van a leer mis padres, mis maridos, mis amantes, mis amigos y mis hijos. O sea, que iré con cuidado con lo que vaya a decir, aunque me trae al fresco lo que opinen de mí. Todos están implicados en relaciones sexuales para conmigo. Mis padres han tenido sexo para mí; mis maridos, mis amantes o mis amigos han tenido sexo conmigo y a mis hijos los he tenido por mi sexo. 

¿Suficiente? O sea que centrémonos ya en el sexo. Sexo explícito. Cierro mis ojos y digo lentamente SEXO, escribo en un papel imaginario SEXO y medito en SEXO. Vaya, lo que se decía en mi infancia pensamientos impuros. Elijo una foto y me sale ésta que podría llamar SEX ON THE ROCKS. En mis próximos posts voy a hacerlo. 

ALz.

miércoles

Luz









Siempre hay quien te aporte su luz y su guía.


Tú mismo. 


Siempre hay una senda que se dirige a un nuevo despertar.


Tu tiempo.


Cada día hay  un horizonte que se ilumina.


Tu mañana.



ALz.






Pintura llena de luz de Steven Daluz.
Tu nombre define tu obra, Steven; mil gracias, es un placer tenerte en mi blog.

Title: "Becoming"
Medium: Oil, Metal Leaf on Panel
Size: 60" x 46"
Copyright 2012, by Steven DaLuz
In exhibition in Chicago: "From Motion to Stillness" in Feb. 2013.


By the face






Amigos... Amigas...  Conocidos... Conocidas... Desconocidos... Desconocidas... Os quiero, os quiero a todos... os sigo, os leo, os veo, me gustáis, pintáis como los ángeles, hacéis unas fotos que son una pasada, escribís con tino e inteligencia, sois geniales, os agradezco en el alma que compartáis conmigo lo mejor que tenéis, vuestra creatividad y vuestro talento.


Pero comprendedme... queridos amigos, seguidores y lectores... No me tengáis en cuenta si no contesto invitaciones, eventos ni sugerencias, mensajes ni solicitudes de apoyo; si no le doy I like o no comento cada una de vuestras obras, imágenes ni poemas, si no os felicito las fiestas ni los cumples... no puedo, I can´t, me es imposible.


Nunca pensé que diría esto así, cuando entré —hace tan poco— en las redes sociales. Pero hoy me siento superada por las exigencias del nivel que lleváis en las redes. Hay quien le mata el éxito, y a mí casi me está pasando. Solamente en facebook —by the face— tengo hoy 289 solicitudes de amistad pendientes, y eso que voy sacando algunas cada semana. Más de 27 sugerencias de amistad.  Ni me acuerdo de las solicitudes ya ocultas, (como las de los ex, la de mi jefe, la de mi suegra, la de la envidiosa de mi colega), las que dejé para pensármelas luego, creo que van más de cien. En twitter más de 50 peticiones de seguimiento. Un mail avisándome de que esta semana cumplen años ¡102 amigos!...


Creo que esto es inasumible para una persona —si bien enrollada pero tirando a normal como yo— que tenga ocupaciones en la vida. No puedo aceptar de forma indiscriminada todas esas solicitudes por el momento. Puedo decirte que tengo muchísimo quehacer y bla bla bla,  que también, pero no es sólo esto. Te mentiría.


Es peor. Desde hace un tiempo desconfío de muchos de los perfiles que intentan seguirme. ¿La razón? Yo también he sufrido acoso en las redes sociales. Y voy a contároslo un poco por encima. Ya sabéis que tengo varios miles de amigos en facebook, y que sólo acepto a personas como yo, que tengan cosas interesantes que decir y sobre todo, imágenes interesantes que ofrecer, pinturas, esculturas, fotografías...


Me hace feliz ver y compartir la belleza.  Para mí es un soplo de aire fresco vuestra creatividad y una satisfacción ver que hay gente tan buena alrededor del mundo. Sobretodo después de conocer a algunos de los artistas locales, tan celosos de la privacidad de sus creaciones ellos, que las ocultan —incluso para sus conocidos y "amigos" reales—, pintores que cierran los estudios incluso en las fiestas privadas que ofrecen a los colegas; personas absolutamente celosas de sus creaciones hasta el momento en que las muestran en la exposición anual... ¡normalmente para chasco de los demás! Esto es a lo que se acostumbra por aquí.


Me sorprende sobremanera y me satisface cada día más comprobar que hay tan buenos profesionales y personas tan fantásticas, entre los que se cuentan verdaderos genios, que compartan sus trabajos conmigo en la red. Artistas que no tienen miedo a que les copien ¡cópiame si puedes! y que disfrutan compartiendo su arte con los demás, y enseñando al mundo su know how. Me han enseñado mucho. A apreciar la calidad humana además de la calidad artística, la diversidad de estilos, de materiales, de fuentes de inspiración, el genio presente en todas las partes del mundo. Son mis amigos en la red y ¡les adoro!


No todo ha sido positivo. He sufrido acoso en la red. Venía de alguien que decía que quería ser amigo mío. Os lo contaré. Un día me pidió amistad una persona con un pseudónimo muy gracioso, al menos demostraba tener un buen sentido del humor, decía cosas simpáticas, escribía de una forma inteligente, en principio me cayó bien. Los que andáis por las redes sociales ya sabéis que de vez en cuando te encuentras con personas así. Seguro que a tí también he han pedido que les des un like, o que sigas la página que acaban de crear, o que suscribas su petición o proyecto, o directamente que votes por su obra.


Esa persona, como no le aceptaba la petición, comenzó a mandarme mensajes, un tanto subidos de tono, o por lo menos en un tono que no era el adecuado para tratar a una persona a quien no conoces realmente. Intenté ser amable, mantener las formas, pero no acepté su amistad. Le contesté diciendo que sólo aceptaba personas reales con nombres auténticos, y que le sugería que abriera un nuevo perfil y se pusiera su nombre de persona de carne y hueso. Me hizo caso, pero para intentar engañarme.


Habían pasado meses, y yo después de aquéllo no publiqué nada en abierto para el "publico en general" y esa persona se quedó sin poder tener acceso a mi muro. Yo casi me olvidé del tema. Finalmente decidió cambiarse el nombre a un anodino y un poco vulgar, por toda información decía que era hombre y que vivía en una ciudad española de gran población. O sea, en su perfil de información personal nada, menos que nada. Entonces me pidió amistad y ví que teníamos quince amigos en común.


Entré en su página, tenía algunas amistades entre museos, galerías y así, gente que comparte amistad o seguimiento con todo el mundo, misteriosamente tenía varios de mis últimos o más recientes contactos, y compartía el contenido que aquéllos publicaban, pero nada propio y sin relaciones con personas de su entorno. Lo dejé estar por el momento en el sitio de las peticiones ocultas, para pensármelo. Pero al cabo de una semana, me pudo la curiosidad y es el único perfil que he vuelto a visitar dos veces después de aquéllo.


Volví a ver su página a ver si había escrito algo personal que demostrase que era una persona de carne y hueso y que se comunicaba con sus amistades. En lugar de eso, me encontré que compartíamos ya ciento cincuenta amigos comunes. ¡En una semana! Aquéllo disparó mis alarmas y estuve a punto de denunciar. Creo que leyó mis contactos y fue pidiendo sistemáticamente amistad a mi lista, mayoritariamente instituciones y perfiles públicos de museos y galerías que aceptan a todo el mundo. No había ninguna entrada personal en su página ni comunicación alguna con sus contactos.


Entonces no necesité más pruebas de que era la misma persona que me seguía insistentemente buscando ganar mi confianza a base de tener en su lista a perfiles que yo tengo entre mis contactos, muchos de los cuales respeto y admiro. El motivo de su seguimiento, lo desconozco. Y no lo acepté como amigo virtual. Sentí vivamente la amenaza de quien buscaba inmiscuirse en mi vida no sé bien con qué finalidades torticeras.


Después le mandé un mensaje, decliné su ofrecimiento de "amistad" diciéndole que no le conocía personalmente y que si era un perfil que antes me había solicitado mediante pseudónimo, y por supuesto, me negó que fuera la misma persona. Se lo pregunté para ver qué contestaba, porque no le creí. A los pocos días tiempo borró ambos perfiles. Para mí fue la confirmación de que era el mismo y la certeza de que le había descubierto.


Aprendí la lección de la desconfianza. ¿Qué interés puede tener una persona en seguir mi página? No quiero ni puedo compartir amistad virtual con gente falsa. Nunca sabré ni me interesa qué interés podía tener en mí, en conocer las cosas que la gente normal comparte en facebook, —saber qué hago, dónde ando, con quien salgo, qué como, ver mis fotos personales, mis mascotas, mis colegas, mis fiestas...— Pero yo no soy ésa.


Yo no soy de las que necesitan contarlo todo. No encontrarás en mi página ni una foto de mis amigos o familia, y mía únicamente las de perfil, no verás dónde fuí de fiesta, ni las fotos del brindis de cumpleaños, ni el mojito que me tomé en la playa este verano con mi amiga, ni trasiegos sentimentales ni hitos laborales o profesionales. Y no acepto que me etiqueten en fotos así.


Yo no publico mi vida privada. Yo comparto cosas que estoy creando: pintando, fotografiando o escribiendo; Publico fotografías, poemas y pinturas de mis amigos que me gustan, y los difundo en la red. Esto es lo que me interesa saber y que se sepa y es lo que ofrezco al mundo. Prefiero opinar en los blogs. Yo digo lo que pienso, no lo que hago:


En mi blog Del Derecho, me gusta explicar los asuntos jurídicos con lenguaje de la calle, para que todo el mundo lo entienda, aunque a veces no es fácil cambiar de registro. Digo libremente lo que pienso y punto. Critico lo que para mí se lo merece, aquí hay pocos "likes". Expreso mis opiniones y no me da vergüenza si no son políticamente correctas. Quizás reprimo el soltar algún exabrupto de vez en cuando, pero con los años cada vez me muerdo menos la lengua. (Creo que a los setenta seré terrible.)


Aquí, en Del Derecho y del revés, disfruto compartiendo contigo lo que se me ocurre de cualquier tema; como si un día me apetece escribir un poema, pues lo hago sin preocuparme de métricas ni rimas. Es como una conversación contigo. Me interesa explorar las emociones mías y ajenas, y mis amigos más cercanos son mi gran inspiración; lo confieso, me gusta que se den cuenta y que me digan: lo has hecho pensando en mí.


Adoro compartir con mis lectores algunas de mis fotos, pero no esperéis calidad profesional, pues están tomadas con mi iphone último modelo, que las hace preciosas y suficientemente aceptables para mí. Es el único aparato que llevo siempre conmigo, y la cámara "buena" suele descansar en un armario de casa, casi siempre sin batería y aquejada de obsolescencia patológica.


Y desde luego, subo mis pinturas. No todas, las voy haciendo y a veces algunas antiguas. No me paso el día pintando, pero dibujo o pinto cada día desde que tengo uso de razón. Ni soy profesional ni lo pretendo, no busco la perfección técnica, sino la expresión de una fuerza y emoción interior. Os tengo que hacer notar que pocas veces están publicadas las pinturas completas, a veces son un detalle, otras un fragmento más grande. Conservo el original completo, inédito para su destino posterior.


Y por supuesto, me gusta compartir algunas pinturas de mis amigos, aquéllas que me han hecho mella de alguna manera. Siempre les pido permiso y siempre me lo dan. No subo fotos robadas. Lo más difícil es, en estas ocasiones, inventar un texto que esté a la altura de la pintura que me prestan para mostrarla aquí. Vaya por ellos mi admiración.


Esto es todo, amigos. Y para todos, el que quiera mi amistad personal, que venga a cara descubierta. Este blog es público, quien lo quiera seguir, que me siga. Agradezco vuestros comentarios, vuestra lectura y vuestro apoyo.  Es una satisfacción ver que cientos de personas leen cada nuevo post que escribo. Me da igual que sean amigos o enemigos o conocidos o desconocidos o de aquí o de allá, pues de todo habrá. Nunca hubiere podido imaginar que mi obra fuese vista diariamente por tantos ojos, y de tan lejos, desde luego muchos más que en cualquier sala de exposiciones, más que en cualquier librería.

Muchos de vosotros os habéis decidido a seguirme de forma pública, y algunos tenéis la amabilidad de comentar mis entradas, y yo os lo agradezco doblemente: Gracias amigos por estar aquí, en el ciberespacio, conmigo.


ALz.




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domingo

Este año me pido








Este año he sido buena hasta aburrirme y por eso me pido lo que me da la gana: quiero, exijo y necesito cada día de mi vida, en cada momento de mi vida, todas las clases y expresiones del amor. Amor de hijo, amor de hermano, amor de hombre, amor de amigo. Amor en masculino y amor en femenino. Amor.  Actuaré en correspondencia y ya que no pido mucho me pido para mí estos mínimos:

Amor de Hijo, me pido: Un beso diario. Una charla diaria. Un abrazo semanal. Una salida mensual.
Amor de Hombre, me pido: Un beso diario. Una charla diaria. Un abrazo semanal. Un polvo mensual. Una salida anual.
Amor de Hermano, me pido: Un beso diario. Una charla diaria. Un abrazo semanal. Una salida anual.
Amor de Amigo, me pido: Un beso diario. Una charla diaria. Un abrazo semanal. Una salida anual. 

Calculo que así puedo sumar al menos siete besos y siete charlas diarias, siete abrazos a la semana y si me lo monto bien, uno diario; un polvo cae seguro al mes y distribuyéndolo bien, una salida mensual.

Con eso creo que sería eternamente feliz en el 2013 y que podré subsistir hasta el año que viene.

Para quien no está junto a mí, me pido: El deseo de estarlo, el deseo de estarlo, el deseo de estarlo; un montón de besos cuando nos veamos. Un montón de abrazos hasta cansarnos. La charla siempre que podamos. Y la salida, inexcusable.

Para todos los demás: La sonrisa.