lunes

Por alusiones









 —Esto va por mí y no sucedió así.

Ya sé que te refieres a mí cuando cuentas vivencias, experiencias, soledades, maldades, vicisitudes; ya sé que hablas de mí, que hablas para mí, o al menos yo me lo imagino y creyéndomelo me crezco, y me siento que importo. ¿Quizás a tí?


—Es una pena que te equivoques, pero yo te digo gracias, porque A nada más aspira quien escribe, sino a llegar al fondo de quien lo recibe. Porque puedo decir que escribo sólo para tí, pero sería incierto. Escribo para tí, para él, para ella, para vosotros, para ellos; y también para mí. Sobretodo para mí, que lo ideo y soy quien lo disfruto mientras repienso lo que quiero decir y cómo lo transmito para que llegue ahí: dentro de tí, y que lo sientas; y que te rías, y a veces hasta te duela.


¡Me satisface tanto comprobar que mis palabras mueven un río de sensaciones en algún lugar muy lejos de mí! Escribir desde el corazón es un acto tan significativo y desprendido como ofrecer tu mejor rosa. Gracias. A cuántos me dirijo, no sé; a cientos tal vez, a todos; pero siempre hay a quien le haga un guiño reconocible, recordándome de su persona mientras escribo. Quien lo sabe, sé que sonríe y lo comprende. Pero te repetiré que cuanto aquí hay escrito a nadie se refiere. Cuando escribo, mi voz habla por bocas múltiples y no delato a nadie. 


Pierde cuidado, cuéntame tus cuitas, dime al oído, que yo te escucho, y te novelo; con gusto conservo cientos de secretos, miles de recuerdos, forma parte del oficio. Sin embargo comprende que vivo para inventar imágenes y para articular historias provocando la apertura de esa puerta íntima que guarda sentimientos dormidos. Cuando te pasa a tí, esto se llama darse por aludido.


Me gustaría llegar a provocarte una sonrisa, una caricia, una erección, una rabia, un enfado, una desesperación. Cada día distinto. Díme si acaso lo consigo. Cuando me despierte mañana volveré a escribir y de nuevo a nadie me referiré y sin embargo no estaré sola sino contigo. No me importa. Léelo de nuevo en voz baja, siente lo que remueve en tu ser, pero eso no me lo cuentes. Sólo suspira, y siente.


Elude responder por alusiones. No sé si alcanzas a vislumbrar el alcance de mis palabras. ¿Cómo podrías asegurar que hablo de tí?


Pero... ¿sabes? sólo por hoy acertarás, porque esto escribo que hoy aquí, esto...  ...es para tí.


ALz.



Licencia de Creative Commons

No hay comentarios:

Publicar un comentario