viernes

El deshielo



Acuden a mí inmediatamente los arquetipos mientras observo el agua fluir desde las cumbres inmaculadas. La lenta pero inexorable transformación del elemento más preciado, que pronto va a perder su estado níveo para dar luz a las gotas que se suceden a cada tramo, se juntan, revolotean y buscan su camino alrededor de las piedras para correr de la mano pendiente abajo, aún siéndolo, es más, mucho más que simple deshielo.

Medito alrededor de los significados del nombre del fenómeno. De forma inmediata el deshielo representa  vida para las tierras y el sustento para los seres que habitan los prados que ya verdean; pero aquí en lo alto, la actividad en el bosque sólo se revela ante el propio silencio: un aleteo, un trino, unos gorjeos contestados desde mi propia voz y respondidos después desde las copas más lejanas. Todo el resto es silencio, nada vive todavía, nada visible. La soledad se hace más profunda.



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