- Breve historia de una de esas cartas que uno escribe a veces a los amigos en la pretensión de que nos comprenderán mejor que nosotros a nosotros mismos... ...craso error. Ni nos comprenden ni lo intentan, ni les importa, aunque en ocasiones lo disimulen. Y así debe de ser, seguramente.
- Le escribí a una amistad de ésas queridas en una noche de tormenta interior en que uno necesita sacar de dentro lo rematadamente mal que le ha ido la visita aquélla en una carta por mail: ...
para comentarte esas cosas que van pasando que hay que comentar porque si no revientas, pero bueno, pensandolo, mejor no, en resumen, nada: (aquí se ve que cambio de idea, y en vez de contar los detalles y describir las conductas, algo anodino para otros y cabreante para mí, califico y hago un salto por encima, bueno, sigo)
- NADA DE BUENO, claro, aquí como siempre, jugando a como se puede hacer mas daño con el mínimo esfuerzo, la entrada fue ofensiva, - ni caso- la continuación pasivo-agresiva -como, iba conmigo?- y el tercer día a matar!
- (Lenguaje un tanto críptico, claro que hay que entender que me dirigía a una persona experta en esa terminología que conocía un tanto ya el comportamiento que yo enjuiciaba con esas definiciones teóricas por no descender a los hechos concretos y mi propia reacción ante los agravios que ya me esperaba.)
- Pasa directamente a los insultos! Me quedo quieta mientras siento los latidos de mi corazon, mordiendome la lengua, pero al rato se me pasa! Ay yo tengo un callo donde
chocan esas cosas esta noche! Es grave?
- La verdad es que mi corazón me decía que me fuera a buscar un hotel donde pasar la noche, pero no, mira, he cambiado de idea. Si le molesta verme, que cierre los ojos!
¡Una persona devastada y a un punto de la locura! ¿Y yo voy a sentirme molesta u ofendida por eso?
- Eso fue lo que me encontré, nada distinto de lo que hallé otras veces. Y muchas que lo sufrí, te lo aseguro. Y lo que concluí: ¡
Y es mas mala que Caín! No digo que lo sea siempre o con todo el mundo. Sí que digo, de lo que pasó después de un año de ausencia, y ojo, a un año de distancia, y sin que yo sepa el motivo, que sí lo es conmigo.
- El encuentro fue tan tremendo como mi extrema necesidad de catarsis. Cartas que esperan pero que no reciben respuesta.... ...amigos a los que se les quiere demasiado, a quienes se les cuenta demasiado, con quienes se cuenta demasiado. Yo misma he encontrado muchos meses después esa carta y me doy cumplida respuesta.
- Una persona que se volvió loca para no pensar. O de tanto pensar. O de tanto hacer y a la vez hacerse daño. Mucho daño, lo sé, he sido destinataria inocente de su puñales, de su maldad, ya que despierto su odio irracional que en realidad refleja el sentido hacia los errores cometidos con su propia vida donde fuí una espectadora inconsciente -no pude ser de otro modo, cuestión de cronología- que se lo recuerda con su mera presencia.
- Ha pasado mucho tiempo desde que escribí lo que antecede sobre la locura de una persona que fue muy querida para mí. No le he vuelto a ver y le he perdonado. Ya casi no duele, pues no le recuerdo, pasan semanas y meses sin que vuelva a pensar en su existencia. Y sin embargo, sé que no desaparecerá nunca completamente de mi vida y que me hizo blasfemar de regreso tras verle: ¡volveré al infierno cuando muera! y que quizá no será la última vez que vaya y lo vuelva a hacer sin desearlo.
- Esto se aplica también a la persona a la que iban dirigidas esas palabras. Prometimos un día que no volverían a pasar los malentendidos absurdos con quienes nos importan. Pero pasan y nosotros pasamos también del entuerto. No nos vale la pena el esfuerzo de tener un amigo. Es una pena que seamos tan imbéciles, todos nos sentimos mal pagados, en tan alta estima nos tenemos. Por eso preferimos estar solos.
- El tiempo pasa y pasan los años. Una oportunidad perdida. Otra más. Media vida, perdidas las oportunidades para siempre. Estamos mejor en la ausencia.
- Soledad merecida.
- ALz.
domingo
Breve historia de una locura.
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