Quizá tú. Él. O ella. Pero a mí me da igual. Ódiame, sí, no creas que me importa; al revés, me halaga. Antes lo hacías igual o tal vez más, pero lo callabas ante mí y disimulabas ante mis allegados. Hacías como que me respetabas, como que me querías, Y yo me lo creía todo porque yo sí creía, yo sí quería. Por fin voy a hablar. Necesitaba creerte. Eras mi droga como decía la canción de Roxy Music, ¿recuerdas? Hasta que me deshabituaron de tí. Sí, has leído bien; necesité ayuda, yo sola no podía, pero la obtuve. Soy como soy y no me importa si te gusta o no. Me da igual quien seas. Hoy no tienes cara para mí porque esta carta tiene muchos destinatarios.Tú sólo eres uno de ellos.
A partir de mi rehab, soy más yo que nunca y ya puedes hacerlo a cara descubierta. Dime y dí a todo el mundo que no me quieres, que me odias, que me temes. Que discrepas abiertamente, que me combates, que me quieres destruir. Que me quisieras hasta ver muerta. Dílo. Ahora no te atreves a que todo el mundo sepa lo cruel que eres, la mezquindad que anida en tu mente. Mi yo se ayer se doblegó ante las humillaciones, ante las manipulaciones. Mi yo que soy hoy se defenderá ante los ataques como antes no hice ante los golpes de tu mano y los huracanes de tu boca. Curé mis heridas, y no sólo las de mi cuerpo sino las que más duelen, las impartidas por quien amas, por quien confías, por quien debe cuidar de tí. Como antes tú. Cuando se me cayó la venda de los ojos me faltaron los pañuelos para secarlos.
¿Sabes qué he aprendido? Que quien no te ama te daña, quizá por simple maldad, y eso es fácil de soportar. No esperas beneficio de quien no te conoce o de quien no te aprecia, no esperas nada bueno de tus enemigos. Pero... ¿Te daña quien te ama? Pues sí, sin duda alguna. Esto es lo más difícil de aceptar. Quien dice quererte te quiere a su manera, y es capaz de hacerte mucho daño, consciente o inconscientemente. Y esto sucede por múltiples razones que pertenecen a una psique que no es la tuya. Sus desequilibrios mentales o sus neuras no tienen nada que ver contigo. No es mi culpa, no es que me lo merezca, ahora ya lo claro.
Qué pena me doy de la mí misma de entonces. Hasta que alguien me dijo: Tienes que contarlo todo, decir lo que te pasa y lo que estás sufriendo. Confía en alguien. En tus amigas, en tu madre, en tu hijas, en tus sobrinas, en tu familia. No es ninguna vergüenza lo que te está pasando. Hay muchas personas dispuestas a escucharte. Hay muchas personas que hacen de ayudarte su trabajo. Ya han escuchado a otras, saben qué hacer. Pero basta de lamentaciones, esto fue ayer.
A partir de ahora yo contratacaré porque me dará la gana. Hay medios para protegerme, para parar el daño y el miedo aunque deba pedir ayuda. Sólamente porque deba hacerlo, porque me apetezca. Para sentirme restituida de tanto daño, vengada. Como antes tú a mí, sin motivo, yo a tí como si no te hubiera perdonado todavía, como si me vengase. Dice la religión que eso no es bueno. Que perdone y que ponga la otra mejilla. Bravo. Eso sirve para restaurar la paz social, el amor fraterno, pacificar los pueblos, pero a mí eso ahora no me sirve. Yo quiero restaurar la paz en mi casa y eso pasa por que tú te vayas.
Vamos a comenzar aceptando que soy un ser humano con mis fortalezas y debilidades, virtudes y defectos, bondades y maldades. Reconozco que tengo una luz y que tengo una sombra. Una gran, fuerte y preciosa parte oscura. Sé que hay cosas mías que no te gustaban, que he querido ocultar de tus ojos para hacerme más buena ante tí y me quisieras, pero que seguramente ya habrás descubierto, y me han hecho peor a tus ojos y te ha dado pie para la manipulación y para el castigo. Las niñas buenas también reciben los azotes. Soy como soy. Lo que no me gusta de tí también forma parte del mí que me niego a ver porque te lo proyecto. Esto es lo que has hecho. Y lo que criticas en mí dice de tí, no de mí.
He aprendido y sé más que ayer. Pero soy tan yo, más yo que antes, que era medio yo solamente y medio tonta además. Al menos me siento más completamente yo. Te he dado una patada por el culo para que me dejes en paz y me he quedado tan fresca. Era tan buena chica, tan íntegra, tan desgraciada. Soy más feliz sacando a pasear la parte de mí menos buena, más real y más auténtica. Una parte dentro de mí de chica mala, mala reprimida, mala dominada. Me acepto así, me gusto como soy.
Tú sabes que no soy una buena chica. Pero que cuando soy mala soy más guapa.
You know I'm not good, Amy Winehouse en su plenitud.
Di no al maltrato psicológico.
En los Presupuestos Generales del Estado para el año 2012, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e igualdad ha disminuido el importe destinado a las campañas para alertar contra la violencia machista en un 70%. Recuerda que el Estado está obligado por ley a la divulgación de la violencia machista y de sus soluciones.
ResponderEliminarGracias a las campañas que se han hecho en el pasado muchas mujeres reconocen en las conductas de sus maridos ciertos "temperamentos" o "rasgos de carácter" que en realidad son conductas que constituyen un verdadero maltrato psicológico y han podido denunciarlas y obtener ayuda médica, psicológica y legal por ello.