No hay color que describa mejor lo que siento: calor.
He meditado hasta el fondo en mis sensaciones,
he contemplado los pequeños cambios que se producen en las profundidades de mi cuerpo
y en la superficie de mi piel.
He buscado el placer del ejercicio físico y en los cambios que siento.
Confieso que me ha gustado
observar los ríos de agua que corren por mi frente hasta chocar y desviarse con los pelos de las cejas,
Sentir las gotas que descienden hasta mis pestañas y que ciegan momentáneamente mis ojos,
Un esfuerzo más,
Siento los chorros que se juntan y corren espalda abajo y me gusta,
Y me falta poco para llegar. Tengo que acabar esto hoy.
Y siento sentía y gozaba
el sudor que baña por entero mi piel y el poder observarlo
y... cuando cierro los ojos,
el color del calor es amarillo.
Óleo sobre lienzo. Detalles en grado intenso de acercamiento.
Dedicado a los atletas cotidianos en nuestros juegos habituales de verano.
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