Hay cosas que vale la pena hacer aunque cueste media vida el pensarlo y la otra media el conseguirlo. Incluso aunque no se llegaran a conseguir vale la pena hasta morir en el intento. Hay cosas que merecen el esfuerzo, aunque haya que obligarse a luchar, aún a costa de sacar fuerzas de la flaqueza, del miedo y de la incertidumbre. En la proximidad de la tumba no vayamos a sentir tristeza por las oportunidades perdidas y por los sueños abandonados, por no atreverse a ser uno mismo y desarrollar todo nuestro potencial y creatividad. Vamos a hacerlo, cuanto menos a intentarlo. Lo importante es el camino, no el destino. Creo que nos arrepentimos precisamente no de lo que hicimos, sino de lo que no llegamos a hacer.
Vale la pena embarcarse en el proyecto, perseguir nuestros sueños. Aunque en el trayecto vayan quedando atrás quereres, lugares y personas que hemos de dejar y que no nos van a acompañar en lo nuestro. Especialmente los que querrían que les acompañásemos en lo suyo. Antiguos compañeros, jefes, maestros, amantes, amigos queridos. Y qué decir de los enemigos, tan estimados, tan necesarios para descubrirnos el próximo paso evolutivo, olvidados cuando ya no se necesitan. Sí, no me arrepiento de haberles conocido a todos y a todos adeudo alguna putada valiosa. Les agradezco las enseñanzas y hasta los palos que me han dado; y diré que no sé cuales han sido peores; si tuviera que elegir, sin duda serían los golpes provenientes de aquellos que se llamaban amigos, por dolorosos y traicioneros. Gracias, amigos y enemigos, sin vosotros no sería la valiosa persona que hoy soy.
Pensando en la influencia de los amigos y los enemigos sobre los propios designios, en plena pausa de la lectura estaba, cuando la tarjeta de acceso a la Sixtina fue a caer entre los geranios y trajo a mi consciencia que hay sitios donde vale la pena ir aunque sea una vez en la vida. Y sobre todo, que hay sitios donde vale la pena quedarse a pasar la vida.
ALz.
El primer párrafo es el mejor.Siento una dulce envidia porque yo aún no he visitado la Capilla Sixtina del Vaticano.En España también tenemos una,que tampoco he estado en ella;es más antigua,data de unos 12,000 a 15,000 años a.C.,se encuentra en la Cueva de Altamira (Cantabria),pero hay un pequeño problema para visitar la cueva original:debes ser una persona influyente,o ser un personaje famoso,o tener alguna amistad que te conecte,o pagar una cantidad sustanciosa;de tal manera que "La Capilla Sixtina de Altamira (original)",para la mayoría de los mortales que habitamos la Península Ibérica,no es accesible;pero nos queda un consuelo,podemos visitar la del Vaticano,que no le desmerece en nada. Aunque sólo he leído dos de ellos,felicidades por tus blogs,en mi humilde opinión,escribes bien.Un saludo,José Muradás.
ResponderEliminarAcerca de tu entrada, el primer párrafo es el mejor.
ResponderEliminarSiento una dulce envidia, porque yo no he visitado la Capilla Sixtina del Vaticano. En España también tenemos una, que tampoco he estado en ella, se encuentra en Santillana del Mar (Cantabria), data de hace unos 12,000-15,000 años a.C.; pero hay un "pequeño" problema para que te dejen entrar en la cueva original: o bien debes ser alguien influyente, o un personaje famoso, o tener alguna amistad que te conecte, o pagar una cantidad sustanciosa, o ponerte en lista de espera y en caso de ocurrir un milagro, te llamen. Por lo tanto, "La Capilla Sixtina del Arte Rupestre de Altamira (original)", no es accesible para la mayoría de los mortales que habitamos la Península Ibérica; pero nos queda un consuelo o más bien dos: visitar la (copia o reproducción de la cueva), o irnos a Roma y entrar en la Sixtina y admirar la obra de Miguel Ángel, que no le desmerece en nada a la de Altamira, y ahí seguro que nos dejan entrar.
Aunque sólo he leído dos de tus blogs, me parece que piensas y escribes bien.
Está simpático el enlace de los (pececitos de colores), aunque en mi blog no sería conveniente ponerlo, porque hay ciertas entradas (y las que aún faltan) que cuando sean leídas por los que les "quede el traje", no van a tener muchas ganas de ver pececitos de colores.
Es de utilidad leer lo que escribes; menos mal que no te dedicas a hacer arte, sino ya estaríamos chocando, pero en mi opinión, es más perjudicial quedarse callado, que chocar.
Un cordial saludo, José Muradás.
Gracias por tus comentarios, José.
EliminarDe los sitios del mundo que uno no debe perderse por nada del mundo está la Sixtina. El día que hagan entrar a los visitantes en una copia de cartón piedra como en Altamira lloraré amargamente, como lloré ese día, porque será la señal de que la destrucción de la obra del hombre es irreversible.
Desconozco por qué necesitas chocar con las personas que se dedican a hacer arte. Siempre es preferible chocar esos cinco con todas ellas. Además, ¿no serás tú también un artista?
Lo he leido varias veces y me ha llegado.
ResponderEliminarMe alegro de verdad, Hikergoer.
EliminarNo estaría mal haber luchado por mis sueños, dice una canción, pero ¿a dónde te llevan tus sueños?