domingo

MACE







En ningún lugar hoy como en el MACE. No es sólo porque fuera el día dedicado a los museos, que también. Precisamente por esto tiene hoy algo muy especial, muy de fiesta. Reencuentro con antiguas amistades, estas que hace meses años, lustros, y hasta decenios..... (díme que estamos igual pero yo a tí te veo mejor, ¿verdad?), encuentros con amigos de mis amigos (qué sorpresa conocerte hoy aquí, ¿no es cierto?)...

En ningún lugar del mundo podría hoy haber estado mejor que entre el arte, los amigos y los amigos de mis amigos, con una colorista representación de artistas, ex-, compañeros, políticos, abogados, madres y pintores, aquí queda eso; mi mundo.

La temporal de Flanagan y Barceló. Próximamente las fotos, no comento la exposición. Los autores ilustres se comentan por gente entendidísima. Yo no. Yo sólo miro el arte con ojos de artista que no sabe humildemente sino hacer arte. 

A Calbet, el reencuentro en el museo. Los dorados cual imán colgado en la pared tiraba de mí hacia él, le reconocería entre mil que hubiera. En su pintura ambos nos vemos sin pretenderlo en una imagen efímera, intemporal, a pesar del tiempo transcurrido. Tantas veces nos despedimos.





Crónica. Se pudo bailar a ritmo de jazz, siempre que no te mires los pies, uno no puede seguir el paso si tiene miedo de caerse, ya sabes. Eso, ya sabéis que nunca saco a las personas, pero que no se diga que no se adivina el ambiente en los gemelos de la gente. Metros abajo, el yacimiento, los cimientos.


ALz.

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