miércoles
De la lima y del limón
Por qué, -me habéis preguntado- insisto en los cítricos, ¿es que estoy ácida? Nooo.... no es acidez lo que me pasa, y menos gástrica, aunque a veces las suelto largas por esa boquita, un tanto acidez neuronal, quizá; pero tampoco es acidez lo que me falta.
No, no es eso. Es que queréis sabe demasiado. Nada que ver con la crisis, que no. Ni con el paro. Noooo. Ando ¡taaaan atareada! Bueno, ¡vale! Es un decir, pero bueno, en serío, sí. Ando que no me siento. Todo el día en amarillo limón. Me he olvidado hasta de mis amigas. No salgo, no entro. (Temporalmente, que sí, ya enseguida vuelvo en mí)
Tampoco es dulzura, lo que me falta, ni lo que me pasa. Me gustan los cítricos. Estos frutos naranjas y amarillos, de la huerta vecina a mi casa. Pero si quieres azúcar, yo creo que hay rosa. Mejor dicho, hay rosa. Y aquí me tienes buscando las luces sombras, ensayando formas... De veinte fotos ¡os regalo ésta!
¡Adoro las tonalidades cítricas de amarillo limón, amarillo cadmio, naranja, magenta, verde, azul cyan! Es que hoy estoy amarga como una lima, como un limón, como una naranja, como una mandarina.... ¡jaja, como un melón!
Por cierto ¡con una buena tableta de chocolate los cítricos saben mejor! Es que me he ido dulcificando a lo largo del día.... ¡con las cosas que me cuentan estas chicas! A mí también me encanta una buena tableta de chocolate negro, si tu pones las naranjas mejor! ¡va por tí, guapa!
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