Me gusta porque contigo puedo cantar. Y canto,
y me dices cantando, —sin que el rubor asome a tu piel—
cosas que nunca antes nadie, nadie,
nadie,
había dicho para mí jamás.
Dí que me quieres, mirándome a los ojos y yo,
y yo me lo creo todo,
todo lo que cantan tus canciones
y a mí
todo lo que cantan tus canciones
y a mí
me hace in-con-men-su-ra-ble-men-te feliz,
porque por mí
porque por mí
tú eres aquel que me imagino,
aquel que me añora, el que no duerme;
aquel que en su cama me extraña y me siente.
aquel que me añora, el que no duerme;
aquel que en su cama me extraña y me siente.
Él.
Aquel que por mí no vive, y el que mi cuerpo anhela y desea.
Y tú, amigo, tu boca, —aunque no sueñes conmigo—
canta, y me haces cantar, y yo canto contigo
palabras de amor, aunque no me ames
embriagada en la cadencia de los versos
me enerva tu respirar, me transporta tu voz y
no me importa que no me quieras ni me idolatres.
Mi bendición son tus rimas
y dejar salir mi voz
y que me cantes el amor que yo ya no siento y
que me digas en un susurro —qué se yo—
que soy sólo tuya y yo
me lo creo y canto; aunque nunca lo he sido, yo así
siento la pasión de los poemas que ensalzan el amor.
Los poetas del amor y el desengaño que
prosan la pasión que yo ansío y sentía y viví
recordando mi primer amor, amor que se ha ido sin retorno
y el amor que olvidé, y el que a mí me olvidó,
y el que amaba y a mí no me quiso;
y el que me amó y no quise yo.
Y el que a mi lado vuela —buscando otro lecho—,
y el que no se entera y el que no se atrevió,
por ellos yo desentierro mis recuerdos,
avivo mi esperanza, elevo mi voz,
y enarbolo mi adiós;
por ellos,
Sueño
que canto y me siento de nuevo
enamorada —como una vez lo estuve— mientras tú me cantas y yo te digo:
—Cántame, porque contigo puedo cantar, y canto
amor.
Alz.
Sara, glamour y contenida pasión.
Este poema sobre cómo me gusta cantar las canciones de amor y de dolor me recuerda que canto en la ducha, que canto en el coche, que cuando estoy feliz canto y cuando estoy triste lloro cantando, que canto de día y que canto de noche, me recuerda...
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