martes

San Valentón.





Voy a envalentonarme con San Valentón y vaya por delante, voy a decir aquí fuerte y alto y claro que estoy en contra de la costumbre consumista (que no costumbrista) de los regalos de San Valentín. Y eso que soy parte interesada (nunca mejor dicho), me in-te-re-sa que siga esta costumbre. No te voy a decir por qué, pero me explico:

Uno. Opino que esto de los sanvalentines es una estratagema publicitaria y consumista que sólo beneficia a los  establecimientos del ramo de los regalos (típicos): flores, joyas, ropa, lencería, bombones, cenitas, velitas, chorradas varias.

Dos. Que para declarar el amor, el deseo, el querer a una persona todos los días y todas las horas son hábiles y válidas y necesarias. Y que hoy es el día menos indicado para ello, me temo, porque esas declaraciones no van necesaria ni frecuentemente juntas.

Tres. Que este día también sirve para crear cismas, crisis, malentendidos y desilusiones, y seguramente en mayor número que amoríos querencias e ilusiones varias, creadas al margen del santoral o los dioses del Olimpo.

Que a los comerciantes ya les va bien, y que por esa única razón la gran mayoría consentimos con la tradición, porque al menos venden lo que no han podido sacar ni en temporada ni en rebajas ni en el resto del año ni en temporadas pasadas. O sea, que como vayas a comprar algo, sin una idea predeterminada, a salir del paso, vas y te encasquetan lo peor, lo que nadie quiere. Con lo que -ojo- las posibilidades de acertar se reducen en estas fechas más que nunca, sobre todo si se trata de una mujer, que están más al tanto del género que se ofrece en las tiendas.

Es que hay que quedar bien, me diréis, sobre todo los hombres. Allá tú. Seré hombre o hembra pero a mí es que no me apetece, oiga.  Me repatea comprar algo por obligación y menos a punto de llegar ya la nueva temporada y sus nuevos pasteles a los establecimientos. Además a mí hoy me va sinceramente fatal, tengo un trabajo que no levanto y una leche que pa qué. Y a cualquiera: y puede ser por cualquier cosa: -No ando bien de pasta. -No ando bien de amores. -No ando bien ni de una cosa ni de la otra. Lo mismo me dá. Y al resto de las personas, al resto de los consumidores, qué. Miles de personas en el paro obrero. Que se jodan también y se rasquen la crisis del bolsillo. Miles de persona en la rutina más anodina. Pues a cumplir con la rutina, a gastar. Otros miles en plena crisis matrimonial. Pues más de lo mismo, a disimular.

Es que resulta que nos han vendido la moto de que hay que comprar un regalo un regalito o un regalazo casi casi por obligación, para quedar bien con la parienta /e, porque si no va a ser que:

- Resulta que no quieres o no te importa tu mujer, lo cual es un completo desastre cuando tienes la hipoteca a medias y dependes de su sueldo para llegar a fin de mes y además se creerá o descubrirá que tienes una amante y que el regalo se lo has dado a la otra. ¡menuda faena! Dicen los psicólogos que a regalo más grande, mayor sentimiento de culpabilidad, o sea, no te pases porque si no,  hay amante seguro.

- Resulta que no quieres o no te importa tu marido, lo cual viene a ser más o menos pero peor que en el caso antes aludido, sólo que además se pensará que le eres infiel y el regalo se lo has dado a otro. Más o menos trasladamos la versión masculina, pero con adaptaciones propias de la puñetería femenina.

Sea como sea, si no te rascas el bolsillo, tu marido, tu mujer, tu novia/o, tu amante, se dará cuenta de la triste realidad y es una de las opciones que siguen, marcad vuestra cruz, josmíos:

- Que ya no estás enamorado/a de tu esposa/o, pareja novio novia o lo que sea. Que se te pasó la calentura, vaya.

- Que ya no te acuerdas ni de cuando sucedió y ni si un día lo estuviste, probablemente por un rato, eso ya pasó.

- Que sí, vale, sí le tienes un cierto cariño adquirido por los años de mutuamente aguantarse, pero en el fondo te repatea tener que hacer una oda al amor que no sientes. Y hacer el amor un día que no te apetece.

- No tienes un puto duro y te diré más, no te apetece que ella/el lo sepa.

- Los pocos duros que tienes mejor los dedicas a otra cosa más productiva o que te apetezca más o para tí personalmente, nos ha jodío, qué despilfarro.

- Las flores están más caras que el día de los difuntos y entre que las sacan de la nevera y la calefacción de casa duran un suspiro y encima huelen mal y te rompen la bolsa de la basura por la escalera.

 - En las joyerías han colgado el cartel de "Se buscan clientes" "compro oro por nada" y "entra que no vendo nada" y una vez entras en una de ellas ya no te dejan salir a la calle sin antes desplumarte

- Cuando te ajustes a tu presupuesto, creerá que no la quieres, porque resulta que ella enseñará la joyita a sus amigas, y pensará que mientras más caro, más le quieres porque mayor sacrificio has hecho y que vaya porquería que has hecho por ella, a menos que sea psicóloga.

- En realidad la calidad del regalo dará una idea a sus amigas de la pasta que tienes, y a ella de cuánto la quieres, por lo que nunca quedarás bien con todos, y menos con ella, pues nunca te gastarás lo suficiente a menos que le regales un mercedes como a Shakira. y el horno no está pa bollos ni ella está tan buena como la colombiana.

- Para regalarle una mierda, mejor no le regalas nada, pero como no le regales nada, no mojarás en un mes, o eso te temes.

- A pesar de que le hagas un regalo, es capaz de esta noche tener la regla, o sea, que tampoco mojas.

- A pesar de que le regales una joyita, esperará algo más, es capaz de no querer hacer el amor contigo porque no le apetece o le duela la cabeza si la joyita no es de su gusto o es baratera.

- A tí lo que te apetece de verdad es pegarte un polvo con tu amiga, tu novia, tu amante o la puta de la esquina que te ponen menos complicaciones y no te piden nada (nada más de lo convenido).

- Tu pareja espera un regalo especial y tu no tienes ni puta idea de cuál es. Al final te equivocarás como siempre, y ella /el lo cambiará en la tienda por otro, en el mejor de los casos, o lo meterá en un cajón, con lo que será dinero, oportunidad y polvo perdidos.

- Tu novia se dará cuenta del mal gusto que tienes y de lo poco que coincide con el suyo. Lo que sea, que ha hecho mala elección contigo.

Y de momento ya están mis motivos, conclusión, que prefiero no regalar nada, ya que por todo esto y más no me gustan los sanvalentines. Prefiero los sanfermines mil veces. Al menos siento una emoción interna que hoy no siento. Especialmente a las ocho de la mañana.


ALz.



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