No hay más que una.
Aunque algunos tienen la desgracia de tener dos. O la suerte, según se mire.
Y otros, ninguna. Buscan la madre y ya no está. Se ha ido al cielo. O al infierno.
Un día, la madre eres tú. Y como tú, ninguna.
De nuevo, madre de, sólo hay una.
ALz.
La madre... Si hemos tenido la suerte de tener una madre amorosa, generosa, alegre... ¡cuántas veces echamos de menos refugiarnos en sus brazos, ese lugar donde nada malo es posible!
ResponderEliminarBicos!
Cierto. Yo tuve la suerte de tener una madre así. La añoraré siempre; y siempre la llevaré en el corazón. ¡Bicos!
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