El amor como rol es un invento de la sociedad para perpetuar sus esquemas productivos y reproductivos. Perseguimos esa meta que el mundo nos presenta como buena y deseable: el amor junto con un proyecto de vida: la familia feliz. El sistema operativo FF se compondría de hombre, hembra, y a poder ser, la parejita.
Una buena comida de tarro que comienza desde la niñez con la socialización; en casa, en las escuelas, en las pantallas, en la publicidad, en la política, en las religiones. Funciona a base de bien. Salimos de la infancia con una idea perfecta de cómo debe ser nuestro particular mundo, y el resto de la vida estará consagrado a conseguirlo, con mayor o menor fortuna. Una vez operativa en nuestro cerebro la aplicación psicológica FF, familia feliz versión siglo XXI punto cero casi todo el trabajo estará hecho. Luego se irá actualizando automáticamente, con la evolución de los tiempos y la ayuda de los correspondientes mensajes de refuerzo que afianzan el deseo. FFsXXI.v1.0.
Se supone que así aseguramos la supervivencia pacífica de la especie. Educación constante y omnipresente a mentes maleables en perpetuo desarrollo. Creencias culturales se nos aparecen como ínsitas en la naturaleza humana. (Y luego nos sorprendemos de que otros pueblos piensen y hagan diferente; o sea: peor.) Así se dominan las personas desde todos los aspectos posibles, de las normas externas hasta el fuero más interno. La vida íntima ordenada. Sometida. Y estaremos dispuestos a perderla por perseguir esta meta. Muchos todavía no se han enterado.
Inconscientemente, todos colaboramos en esta programación. Con pocos años ya sabemos a qué aspiramos en la vida: a la FFsXXI.v1.0. Aunque no lo consigas, aunque no lo puedas mantener, en busca de ese ideal ordenarás tu existencia. Hacia la creación de tu propia familia sustentada en el amor que sientes por otra persona.
Tendrás éxito alguna vez o por algún tiempo, tal vez no. En el mejor de los casos, esa pasión ocultará la realidad de la persona que verás una vez aquélla haya desaparecido. Te herirás a tí mismo queriendo a quien no te corresponde, perdiendo el tiempo y las fuerzas en el intento. Te dejarás querer y atar por quien no deseas, sintiendo asco de tí mismo. Intentarás mantener una convivencia que te daña o no te satisface. Siempre en busca de esa coexistencia libre y consentida.
Si en soledad, sentirás que te falta un trozo de alguna naranja que anda perdida por ahí. Y cuando halles el Amor y vivas el alto fin referenciado, es posible que con el tiempo te des cuenta de que no encuentras ahí lo que buscabas: un modo de vida que te haga simplemente feliz. Y lo que es peor, que puede ser que ya no sepas cómo, o que nunca más lo alcances: ni lo uno ni lo otro.
Justificarás tu libre albedrío introduciendo múltiples variables, preferencias e intereses a la hora de crear o sustentar el tipo de relación que el programa te permite. Algunos podrán incluso crear una nueva actualización de éxito del programa FFsXXI.v1.1. Pero tu criterio no es libre. Cuando te salgas del sistema operativo FF, por ejemplo con otra orientación personal vXY/XY, vXX/XX/XX o vZ, verás que es normal sufrir la persecución social y hasta el rechazo de los tuyos. Te sentirás de nuevo como el rarito de la clase. Lo diferente se expulsa del sistema. Adiós.
Se supone que así aseguramos la supervivencia pacífica de la especie. Educación constante y omnipresente a mentes maleables en perpetuo desarrollo. Creencias culturales se nos aparecen como ínsitas en la naturaleza humana. (Y luego nos sorprendemos de que otros pueblos piensen y hagan diferente; o sea: peor.) Así se dominan las personas desde todos los aspectos posibles, de las normas externas hasta el fuero más interno. La vida íntima ordenada. Sometida. Y estaremos dispuestos a perderla por perseguir esta meta. Muchos todavía no se han enterado.
Inconscientemente, todos colaboramos en esta programación. Con pocos años ya sabemos a qué aspiramos en la vida: a la FFsXXI.v1.0. Aunque no lo consigas, aunque no lo puedas mantener, en busca de ese ideal ordenarás tu existencia. Hacia la creación de tu propia familia sustentada en el amor que sientes por otra persona.
Tendrás éxito alguna vez o por algún tiempo, tal vez no. En el mejor de los casos, esa pasión ocultará la realidad de la persona que verás una vez aquélla haya desaparecido. Te herirás a tí mismo queriendo a quien no te corresponde, perdiendo el tiempo y las fuerzas en el intento. Te dejarás querer y atar por quien no deseas, sintiendo asco de tí mismo. Intentarás mantener una convivencia que te daña o no te satisface. Siempre en busca de esa coexistencia libre y consentida.
Si en soledad, sentirás que te falta un trozo de alguna naranja que anda perdida por ahí. Y cuando halles el Amor y vivas el alto fin referenciado, es posible que con el tiempo te des cuenta de que no encuentras ahí lo que buscabas: un modo de vida que te haga simplemente feliz. Y lo que es peor, que puede ser que ya no sepas cómo, o que nunca más lo alcances: ni lo uno ni lo otro.
Justificarás tu libre albedrío introduciendo múltiples variables, preferencias e intereses a la hora de crear o sustentar el tipo de relación que el programa te permite. Algunos podrán incluso crear una nueva actualización de éxito del programa FFsXXI.v1.1. Pero tu criterio no es libre. Cuando te salgas del sistema operativo FF, por ejemplo con otra orientación personal vXY/XY, vXX/XX/XX o vZ, verás que es normal sufrir la persecución social y hasta el rechazo de los tuyos. Te sentirás de nuevo como el rarito de la clase. Lo diferente se expulsa del sistema. Adiós.
Habrás desperdiciado el tiempo de nuevo jugando a un juego con una reglas que no son las tuyas ni las compartes ni las comprendes. Y es lo único que en esta existencia, no nos podemos permitir el lujo de perder. Ante el tiempo, nuestro asesino, -curvo, cíclico-, considera la agamia como una alternativa muy viable para volar en nuestra existencia.
Alz.
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