viernes

Mesa limpia








Gente de agenda, pasto de redes, habitantes del pasado; aquéllos que hace siglos que no me llaman ni les llamo; los que no contaron conmigo para lo bueno, quienes no han tenido nada bello que mostrarme, los que no me invitaron a sus eventos; quienes ofrecieron a otros lo que yo me merecía; los habituales que acuden por interés, quienes sólo se acercan para pedir consejos o favores; quienes me dieron su palabra y no cumplieron; los que no me apoyaron cuando lo necesité; los que no contestaron a mis saludos, quienes jamás celebraron mis creaciones; aquéllos que me envidiaron, los que me juzgaron, quienes me criticaron; los que no osaron defenderme cuando lo precisé, los cobardes.

Quienes me fallaron, los que un día me hirieron, los que me ofendieron; los que se fueron sin decir adiós; los que no me quisieron bien, los que persistieron en el daño; los que un día ya no me conocieron; quienes no tuvieron una palabra amable, aquéllos que no compartieron mis bromas, ni mis risas, ni mis llantos; los que se jactaron pero nunca fueron mis amigos; los que disimulan, los hipócritas; los que estuvieron a lo bueno y desaparecieron en lo malo. 

Aquí ando con el guardapolvo y el plumero en una mano, las gafas en la punta de la nariz, y el dedo índice de puntero, esta sí, este no, este tampoco; en eso llevo todo el mes. Haciendo mesa limpia. Plis, plás. Al reino del olvido. Tú también. Adiós. 

A la papelera, sin acritud. He trabajado duro e implacable, para mí. He quitado telerañas, polvos, lastres, plastas. Y me siento muuucho más ligera, esbelta and cute. Y por supuesto, sin marido.


ALz.



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2 comentarios:

  1. Se acerca final de año y ajustamos cuentas, ¿eh? ¡Qué ligero descargarse de lastre y qué difícil!
    A veces en ese proceso acabamos por darle demasiada importancia a los desplantes de alguien, cuando no merece que perdamos ni un segundo en dedicarle nuestro pensamiento. pèro siempre es bueno hacer sitio en el armario. Yo lo miro y me digo ¡si es que no tengo sitio! Bueno, supongo que cuando estás ilusionada hasta tiras lo que juraste no arrinconar, pero sólo -SÓLO- si nos hace felices. Estar por estar de cara a la galería es necedad y autoengaño.
    Un fuerte abrazo!

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  2. Sí, reconozco que eliminar a esa gente me ha hecho feliz y me ha provocado un placer no todo lo lo intelectual que cabría esperar, sino algo muy orgánico; será que este otoño me ha cogido con el amor propio muy en su sitio y no aguanto ni media de nadie porque no me da la gana ni tengo ninguna necesidad... Me recuerda con cariño a mi yo juvenil y el concepto que mejor lo definiría sería la libertad de ser yo misma.
    Querida Uol, gracias por compartir tus impresiones tras la lectura de este post, decirte que estás en lo cierto, a veces llenamos de significado lo que sólo han sido unas palabras necias o un gesto torpe y desafortunado de alguien, pero una vez más son tus sentimientos y tu intuición lo que cuenta y lo que en definitiva decide.
    Afortunadamente, esta vez he dedicado más tiempo a escribir este post que en pensar en cualquiera de los eliminados, pero he establecido unos criterios -ésos- y he hecho balance. Otras veces costó más, pero esta vez ha sido sorprendentemente fácil. Lo tenia muy claro.
    Además me ha servido para que -apenas- un par de personas captaran el mensaje y se hayan disculpado conmigo. Ha sido sincero. Respecto al resto, y valga la redundancia, el sitio sigue vacante por los restos.
    Que haya sitio en tu armario es requisito sine quan non para que quepa lo nuevo, para que pueda entrar la energía fresca y vital. Hay que hacer sitio. No debemos hoy cargar con las prendas que nos gustaron la temporada anterior.
    Un abrazo.

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