Me siento grande y fuerte y vieja y bella. Soy feliz y me sé sabia y acogedora. Soy un espíritu libre en todos los sentidos. Nadie me manda. Nada me obliga.
En el hemiseculio, comienzo y el final de una etapa de mi vida. Presiento que este va a ser mi mejor medio siglo. Sobre las columnas, me siento catedral, como ésta que lleva mi nombre, el de la reina de los cielos.
Lo será, seguro: sabia, experimentada, hermosa y fuerte.
ResponderEliminarUn abarzao!