domingo
Como en mis sueños
Yo sólo miro, no tengo una historia que contar; la barca sí, pero calla, solitaria y obstinadamente abandonada a su suerte de modelo acosada por las miradas y objetivos de visitantes, artistas y turistas. Pero no hay tristeza en el abandono, en la destrucción de la obra del hombre, porque este estado incrementa su belleza.
Sin embargo, me trae recuerdos de años atrás, ciertamente dulces, siempre diferentes. Embarcación y sombrajos echados a perder en el camino que lleva a la playa. El resto, igual. El mar, la sal, la luz, como en mis sueños.
ALz.
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