Os contaré cómo fue la cena de San Valentín. No tuve cientos de pretendientes llamando a mi puerta, ni falta que me hacen. Al
final fuimos los de siempre, los amigos disponibles ese día esa hora y con ese
pretexto. Celebrar el amor, aunque fuera el amor propio, ¡qué caramba, que ya
toca! Y para caldear el ambiente nos fuimos previamente a ver la película ésa
de las luces y de las sombras. Mucho psicoanálisis necesita el tipo ése que no
enseña ni el miembro en toda la película. Yo recomiendo el tema del contrato
ante todo; si quieren se lo redacto; de nada, un placer. Pero conmigo no cuenten para firmarlo.
Después de la pelo, la idea era que al
menos tendríamos un buen tema para charlar alrededor de la mesa, discutir,
opinar… y a ver si nos subía la líbido, de paso. Y yo lo que ví, me dejó fría. Más
que el resto de la noche, porque decidí ir con vestidito de escote y
tacones. Una película educativa, cobarde, censurada o… ¿es que el libro es así de malo que no sirve
ni para esto? Ni para caldear el ambiente, vamos. Si hasta lo recomiendan las
ginecólogas a las menopáusicas… para que vayan lubricando sin fornicarse a otro
que al propio… ¡Una pena de peli!
La
cena, bien cocinada, servida y la mesa bien preparada para la ocasión. Los cuadros magníficos en esa decoración,
claro; los cuadros eran los míos. Allí tengo una serie de óleos a la espátula
dedicada a los colores de las gemas, y un cuadro enorme de un culo rechazado.
Por lo demás, rosas, pétalos y velitas y violines y lacitos y globos en forma de corazón, y quien hizo los regalos a mis queridos amigos,
fui yo. Regalos de arte. En estos momentos, la persona que más quiero no es él, es ella.
En su casa, sólo tiene cuadros de flores, por cierto varios míos, pero le quise
hacer uno dedicado a ella desde el primer momento de su concepción, son dos flores entrelazadas por
el firme vínculo del amor que es la amistad. En este San Valentín, Margarita se llama mi amor.
ALz.
Las margaritas, preciosas, Assum!!
ResponderEliminarGracias, Uol Free, son enormes y con mucho volumen, ¡lástima que en la foto no se aprecie!
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