El tabaco es tal y tal y fatal y llena los hospitales. Hasta tal punto lo digo que pronto lo sacarán de la seguridad social para ahorrar, como hacen ya algunos seguros. Y si no, al tiempo. Pero algunas virtudes iba a tener la nicotiana tabacum, la planta que se fuma. La más legal de todas, porque el Estado come de ella y no la va a ilegalizar aunque haga pupa a los demás. Esto parece que va del blog Del Derecho, pero no. Va de plantas.
La nicotina con aspecto de lechuga basta, tiene su miga. Dicen que enamora rápidamente al que se la fuma un par de veces. (Eso ya lo vemos.) Los investigadores dicen que ellas se hablan una a la otra y se piden ayuda. (Ya veo que ando un poco dura de oído, pero por mí como si cantan.) Y que eso sirve para saber lo listas que son las plantas y bla, bla. Pero nadie hace demasiado caso de eso desde Steve Wonder y su secret life of plants. Los científicos, sin un duro para pamplinas, y menos para planturrias pa fumá. Los ingenieros, atareados en sus patentes industriales y crowsfundings que es lo que da contante y sonante.
Al grano, que este post se titula pharming por algo así como agricultura farmacológica. (Los listos del lenguaje, que lo mezclan todo para que los demás no nos enteremos de nothing.) A ver cómo lo explico para que se entere hasta el último mono. Resulta que un laboratorio americano hace una manipulación celular del tabaco cruzándolo con genes humanos y produce anticuerpos anti gripes y ébolas y otros pequeños bichos dañinos. Vale, genial y sin comas. Aquí esto estaba prohibido, que conste. Se ve que allí no, o que se llamará de otra forma o en inglés para disimular. Developing human-plants transgenics. Nos podemos imaginar como mezclan material genético humano con el animal o vegetal para producir células que hablen y todo. Si sirve para curar, que sigan; nosotros nos quedamos en el apareamiento de toda la vida, aunque sea con un brote de nicotianae phalicus.
En consecuencia, un día seremos primos hermanos de las plantas que nos fumamos. -Yo cofinanciaría la búsqueda de la especie trans cuya combustión produzca un humo genéticamente idóneo con el tejido humano de efecto rejuvenecedor, y asunto más que arreglado, volvíamos a fumar todos sin cargo de conciencia-. Mientras tanto, que investiguen lo que quieran, a ver si hacen algo bueno para la humanidad, para variar. Pero que se den prisa, por favor. Cuando el efecto primario es la muerte del organismo, los secundarios no importan demasiado. Que cedan gratuitamente todas las toneladas del suero con anticuerpos que puedan producir y lo lleven urgentemente a África occidental; que comiencen a poner ya vacunas igual que con la gripe A y cosas así. A ver, si va a ser que sí, que ya están tardando. Que paren el ébola con el tabaco, y lo elevamos a la categoría que le toca. Lo malo es quién es el guapo que le pone el cascabel al gato.
Y digo yo de los laboratorios (para motivarlos): ¿no les interesaría experimentar con unos miles de negros abandonados a su suerte que no pueden pagarse ni una aspirina? Apuesto que sí, y ahora tienen la oportunidad de thriller de saltarse todos los protocolos. ¿Habrá pasta de por medio? No te quepa la menor duda; esta gente no da puntada sin hilo. Como siempre, pasarán los intereses por encima de la gente. ¿Acabar con este virus? No creo que puedan y/o/ni/ ...quieran. La investigación no se regala: cuesta un pastón. Y se investiga porque grandes corporaciones ponen los medios para desarrollar productos comercializables. La investigación pública perdió su financiación por falta de resultados... electorales.
Habrá que esperar a que estudien la utilización medicinal de otras plantas potencialmente psico activas adictivas pero acabarán proscribiendo su uso libre e incontrolado, por ejemplo: la marihuana, prohibida por causas económicas derivadas de la ley seca americana; que calma los dolores de los huesos y articulaciones mejor que el ibuprofeno y funciona mejor que el viagra. La coca, prohibida hasta crear el monopolio multinacional al que yo le pondría Coca-Coca; que la recetarán para la astenia veraniega y para los lunes por la mañana, como un café triple. De la ayahuasca, que alucinas por un tubo y cura la depre, la ansiedad y demás (habrá que ver qué más sale del congreso ibicenco). Del bicho del cornezuelo del centeno -que patentó Sandoz-, que lo flipas en colores, utilizado de las trincheras a los manicomios para volver loca a la gente y cuerdos a los locos. De las flores del opio de la yaya, que han calmado insomnios y toda la familia de muelas picadas; de la droga caníbal, para comer insectos y acabar con el hambre comiendo todos lo que pillen los parados por ahí; pongo por ejemplos. Algunas virtudes podrán desarrollarse, que las tienen, por lo que ya sabemos. Aunque sea para hacer reír a la gente algún rato que otro, ya parece bastante. Las tendrán sustraídas al conocimiento general, o patentadas para cuando resulten rentabilizables. Yo ni flowers. Medicina psicodélica o psicosis farmacológica. Pharming. Suena bien. Es el futuro. Oh. Yeah.
Alz.
Aquí tenéis el cartel.
(Si alguien me quiere mandar una invitación, se lo agradeceré efusivamente.)
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