miércoles

Espero que te hayas muerto






Espero que te hayas muerto y yo no me haya enterado,

porque. No. Voy. A ir. A tu entierro, amor.

Espero estés bien muerto y te acompañe mi grato recuerdo;

adiós.





Entonces me dolió tanto que desfallecía, pero por tí no moría sino que crecí. Sin nadie a mi lado.

Mientras tanto en tu ausencia te hice como si muerto y puse a tu foto una única vela.

Las quemé.





Recuerdo un día ya lejano me crucé por la calle con tu cara de cadáver y yo, ya no sentía, nada.

Reí. 

Fuí feliz. Y hoy te digo que:

Te esperaré casi muerto porque estándolo en vida no vales ni la palabra. Como no valiste el llanto.

Y cuando estés a punto de morir junto a tí me apareceré y te pediré cuentas:

Cómo lo has pagado.





Hoy sé que yo gané y tú desapareciste.

Porque viviendo, al olvidarte de todo recuerdo, de vida te he despojado.

Ahora espero que te hayas muerto y te hayan enterrado. (Y yo que pueda ver tus huesos ya pelados.)



Pero.

Déjame heredar tu calavera,  quiero tu cara de palmatoria, llenarla de cera,

y te dejaré al llegar noviembre volver a dormir sólo esta noche a mi lado,

asesinado.




ALz.











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3 comentarios:

  1. Odio Y Amor son las dos caras de una misma moneda.

    Tanto dolor descubre que hubo mucho Amor.
    ¿Pero por qué perdura ese dolor después de tanto tiempo? ¿Por qué valoramos más la vida que perdimos que la que vivimos? ¿Por qué no pensar que ésta otra vida era la que estaba aguardando por nosotros, la que ansiaba que tomáramos las riendas?
    Valoramos la vida que no nos correspondía e infravaloramos la que tenemos.

    Dice el refrán que la mejor venganza es ver pasar el cadáver de tu enemigo por la puerta. Pero yo no lo creo: los muertos nada ven, nada saben. Y al espectador regresa el recuerdo y la melancolía. No, la mejor venganza es el desprecio y el silencio. No voy a gastar mis horas en tristezas pasadas. Voy vivir mi vida sintiendo mis horas presentes. Hasta que Tánatos me de el toque.

    Pero te comprendo, ALz, yo también enviaría tumores cerebrales a calaveras nefastas.

    Un abrazo!!

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    1. Sólo el olvido tiene la capacidad de matar un amor desgraciado.
      Aún así, algunos dejan heridas tan profundas que sus cicatrices se sienten cada vez que cambia el tiempo.
      Sin duda para conjurar el dolor imaginamos venganzas que van más allá de la muerte.
      Mi palmatoria, tus tumores...
      Mientras llega Tánatos que todo lo barre con su manto, nos entregamos a Eros, para comenzar de nuevo.
      Tú si que sabes, amiga, un abrazo y un beso!


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    2. Dicen que las venganzas se sirven en plato frío, y yo no tengo tanta paciencia, pero pensarlas...las pienso. Y hasta las escribo, pensando (¡boba de mí!) que se reconocerán en ellas.
      Siempre duele, sobre todo si piensas que viven sus vidas felices y ajenos a ti.

      No sé tanto, ALz, pero quiero saber.

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