Cuando yo estaba en mi camastro al término de una de esas largas y fatigosas peregrinaciones que solían acabar en desvarío sonambulesco, lo mismo que soltaba mi ropa dejándola a un lado, soltaba mis imaginaciones y pensamientos, echándolos de mí uno tras otro, hasta caer en profundo sueño. Dormía, descansaba, y al despertar la siguiente mañana, antes que la ropa volvían a mí las ideas de la noche anterior. Primero llegaba una, después dos o tres rondaban mi cerebro, y al fin iban entrando todas. Pensé yo entonces que durante mi sueño las ideas y los hechos pasados velaban en torno mío, esperando que yo despertase para volver a su jaula.
B. Pérez Galdós. La primera república.
Perspectiva, ALz.
Dormirse.
Para ponerse en off, para soltar imágenes y pensamientos.
Al despertar, el on, vuelven todos los pensamientos, todo, todo,
por eso a veces prefiero no despertar.
Las ideas, los recuerdos,
magnífica metáfora, permanecen despiertos, velándome durante el sueño,
esperando a que vuelva a mi ser consciente en la mañana, para regresar otra vez.
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